G. Martínez et col.
            
          
        
        
          
            
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          2-‐3 días de tratamiento antimalárico (9, 10). Sin embargo, se ha visto que a pesar
        
        
          de la eficacia en la terapia antimalárica, algunos individuos que sobreviven a la MC
        
        
          mantienen graves secuelas neurológicas a largo plazo (11-‐13). Dichas secuelas
        
        
          pueden llegar a ser fatales pocos meses después de haber superado la enfermedad
        
        
          (14, 15). La variabilidad individual en los síntomas que cursan los pacientes con
        
        
          malaria cerebral refleja que, a pesar de utilizar criterios médicos estandarizados
        
        
          para su diagnóstico, es un síndrome clínico heterogéneo (16). La irritabilidad,
        
        
          inquietud o comportamiento psicótico pueden ser los primeros signos de
        
        
          compromiso cerebral (17). Posteriormente pueden observarse convulsiones,
        
        
          incremento del tono muscular, hiperreflexia, clonus, rigidez, postura extensora,
        
        
          reflejos de extensión plantar, movimientos oculares y cambios en la pupila, mirada
        
        
          divergente, pérdida de la conciencia y coma (7, 8, 18, 19). Por último, la aparición
        
        
          de acidosis metabólica causada por una insuficiencia renal aguda, por acidosis
        
        
          láctica o por ambas; así como hipoglucemia, anemia, ictericia, acidosis respiratoria
        
        
          y edema pulmonar (8, 9, 13, 18, 20) son también rasgos colaterales que se asocian
        
        
          a esta afección grave de malaria.
        
        
          De todas las poblaciones con riesgo a sufrir MC los daños cognitivos a largo
        
        
          plazo son más habituales en niños del África subsahariana (11, 21), y entre ellos se
        
        
          incluyen déficits en las áreas de la memoria, atención y desórdenes del lenguaje,
        
        
          problemas de comportamiento, daños en la visión, audición y tacto, pero también
        
        
          epilepsia y disfunciones motoras, como ataxia y parálisis (11, 13, 15, 18, 21),
        
        
          siendo más graves en aquellos casos que han sufrido un coma profundo (11). Los
        
        
          daños neurológicos pueden manifestarse durante la fase de recuperación, o bien
        
        
          pueden desarrollarse más tarde (15). Muchas veces las secuelas menos graves se
        
        
          hacen más aparentes según el niño avanza en edad y, de hecho, el daño cognitivo
        
        
          parece agravarse en el tiempo (14, 15).
        
        
          El tratamiento actual para la malaria severa y cerebral consiste en la
        
        
          administración inmediata, y a dosis elevadas, de antimaláricos por vía parenteral
        
        
          con el objetivo de disminuir rápidamente la parasitemia, evitando así la muerte del
        
        
          paciente. Los fármacos aprobados y actualmente disponibles para dicho
        
        
          tratamiento son los alcaloides de quinina (quinina y quinidina) y los derivados de
        
        
          la artemisina (artesunato, artemeter, artemotil) (22). No obstante, dentro de las
        
        
          recomendaciones terapéuticas establecidas por la WHO se dejan en un segundo
        
        
          plano la prevención de las secuelas o el recrudecimiento de la enfermedad,
        
        
          posiblemente debido al desconocimiento que aun existe sobre las causas del daño
        
        
          cognitivo a largo plazo y la falta de información o de estudios clínicos en relación a
        
        
          terapias que minimicen dicho daño (23, 24).
        
        
          El estudio del progreso de la infección en humanos está fundamentalmente
        
        
          limitado a muestras post mórtem las cuales son de difícil adquisición. Esta