MARÍA VALLET REGÍ
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De acuerdo con la definición propuesta por Langer y Vacanti
la
ingeniería del tejidos
se puede definir como un nuevo campo interdisciplinar
que trata de abordar las necesidades de los tejidos humanos utilizando
principios de la biología y la ingeniería para el desarrollo de sustitutos que
restauren y mantengan la función de los mismos.
El término "ingeniería de tejidos" fue acuñado oficialmente en un taller de
la National Science Foundation en 1988, abarcando principios y métodos de las
ciencias de la vida y de la ingeniería para comprender las relaciones
estructura-función en los tejidos normales y patológicos de mamíferos y el
desarrollo de posibles sustitutos biológicos para su restauración,
mantenimiento o mejor función tisular”.
Ante un hecho evidente, como es el aumento de la esperanza de vida,
nos encontramos con otro hecho incuestionable, que no es otro que nuestros
órganos y tejidos están programados para una duración limitada. Más aún, por
desgracia en muchas ocasiones se producen accidentes que deterioran
nuestro organismo. Poder disponer de piezas de recambio para nuestro
cuerpo, sin duda sería una alternativa deseable para alcanzar una buena
calidad de vida mientras ésta nos acompañe. Dicho en otras palabras, hacia
donde se va es a llegar a disponer de una
fábrica de repuestos
para el cuerpo
humano.
Langer y Vacanti empezaron esta imaginativa aventura hace unos 20
años y ya se están diseñando tejidos y órganos artificiales mediante la
combinación de polímeros, nanofibras y células, incluidas células madre. De
esta forma, se ha creado piel humana destinada a quemados, médula espinal
para combatir la parálisis o cartílagos y huesos artificiales para problemas
traumatológicos, y se está intentando la creación de un corazón artificial. Para
estos desarrollos, se construyen pequeños andamios que sirven para definir la
forma del órgano a reemplazar. Se cubren con una capa de células a las que
se hacen crecer de tal forma que lleguen a colonizar la estructura completa, y
crezcan en ella hasta llegar a convertirse en un nuevo órgano funcional.
Simultáneamente, el andamio se debe ir disolviendo por sí mismo, dado que se
construye con materiales biodegradables. La clave del éxito en la ingeniería de