An. R. Acad. Farm. vol 79 nº 2 2013 - page 5

B. Ribas Ozonas
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indígenas a pocos kilómetros en el interior. Este hecho, anima a las conciencias a la
búsqueda del equilibrio y al apoyo a esa población en su primera necesidad
personal, su salud.
D Madrid al Centro de Yucatán, México, pasando por Sao Paulo, Brasil (2005)
A finales del año 2004, recibí una llamada de uno de mis tres hijos que
vivían en Alemania, en Düsseldorf, me dijo: “Papá, como eres médico y conoces
Brasil, podrías acompañar a un grupo de médicos alemanes que van a Itapecerica
da Serra, en Sao Paulo, a una zona donde carecen de él”. Lo que propone una hija
generalmente se suele aceptar, y así me embarqué. No conocía al grupo, y
quedamos encontrarnos en el avión de Frankfurt a Sao Paulo, ya que desde Madrid,
era preceptivo en aquel vuelo y año la escala en Frankfurt.
Una vez en el avión, dije a la azafata que si viese a un grupo de alemanes en
el que probablemente iba un sacerdote, me avisara. Creí que se había olvidado,
pero al poco de estar el avión en línea de vuelo, se acerca y comenta que ha
localizado al grupo alemán y que espere a saludarles a que desaparezca la señal
luminosa de cinturones de seguridad. Estaban en la fila 43, lo que hice más tarde y
tomamos el primer contacto.
Había avisado de mi viaje al catedrático de Bioquímica
brasileiro
, académico
correspondiente de nuestra Real Academia Nacional de Farmacia, que desde el año
1980 hasta el 2005, había venido cada año un mes a mi laboratorio, primero del
centro coordinado: Consejo Superior de Investigaciones Científicas-­‐Departamento
de Bioquímica, de la Facultad de Farmacia, y después, al del Instituto de Salud
Carlos III, de Madrid. Esta vez, volvía a Sao Paulo, no en mi condición de científico,
sino de médico. Me comentó que íbamos a una zona difícil y nos recogería en el
Aeropuerto de Sao Paulo para acompañarnos a nuestro destino. Me sorprendió
que acudiera, y además, con un compañero abogado, pues veinte días después, el
que suscribe estaba invitado para dos conferencias: una en el Campus de Botucatú
de la UNESP, y otra, en la Facultad de Derecho de Baurú, ambas sobre campos
electromagnéticos en biomedicina. Su compañero abogado era de ascendencia
asturiana, y él gallega.
Viajábamos en dos furgonetas y el que esto escribe en el coche del abogado
y profesor brasileiro. La policía detuvo la caravana pues la consideraba
sospechosa. Gracias a la casualidad de que el compañero abogado era de la misma
ciudad que uno de los policías, y evitando tal vez complicaciones mayores y
formalidades, tuvimos la suerte de que abriera de nuevo el camino hacia la
periferia de la ciudad, a una residencia del Obispado.
Instalados en Itapecerica da Serra, los aparatos de electrocardio-­‐ encéfalo-­‐ y
de eco-­‐ grafías en el ambulatorio de la zona, con un letrero que había sido costeado
en parte por la Comunidad de Castilla-­‐León, desaparecieron al día siguiente. Sin
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