G. Martínez et col.
            
          
        
        
          
            
              288
            
          
        
        
          entre individuos durante el transcurso de la infección representa un problema
        
        
          para el diagnóstico de la enfermedad, dificultando enormemente la administración
        
        
          de una terapia específica y eficaz para la infección cerebral, que conduce en
        
        
          muchas ocasiones a un daño cerebral irreversible o la muerte del paciente (8, 9,
        
        
          22).
        
        
          La mayoría de los estudios sobre MC llevados a cabo con este modelo
        
        
          definen la severidad de la enfermedad y sus manifestaciones en términos de días
        
        
          post-‐infección (19, 26). Sin embargo, debido a la diferencia temporal que
        
        
          presentan los animales en la aparición de los primeros síntomas y en el propio
        
        
          progreso de la infección, unido a que no todos los ratones infectados desarrollan la
        
        
          infección cerebral, parece más indicado clasificar a los animales de acuerdo a las
        
        
          manifestaciones fenotípicas neurológicas que van adquiriendo. Utilizando este
        
        
          último criterio, esta investigación pone de manifiesto la ventaja de agrupar los
        
        
          eventos neurológicos que suceden en la MC en estadios (I-‐IV), cada uno de ellos
        
        
          con cambios y expresión de síntomas y signos regulares, mediante la evaluación
        
        
          constante de funciones neurocognitivas, biológicas y motoras del animal,
        
        
          estandarizando así un protocolo analítico que, además, permita la identificación
        
        
          precisa de los individuos que desarrollan la infección cerebral de aquellos que no
        
        
          lo hacen. Varios de los síntomas asociados a MC descritos por otros autores (19, 26)
        
        
          fueron observados en los animales de nuestro ensayo con EMC; sin embargo, el
        
        
          momento de expresarlos fue distinto en cada individuo. Los signos incipientes
        
        
          aparecieron en el día 6-‐7 p.i., mientras que los síntomas más graves se observaron
        
        
          entre las 6-‐30 h posteriores.
        
        
          Junto a estos animales se identificaron y caracterizaron ratones que
        
        
          desarrollaban una infección malárica pero sin las características de la patología
        
        
          cerebral, los cuales presentaban a su vez progresiones de infección distintas y con
        
        
          parasitemias que podían llegar al 70%. Esta heterogeneidad también es propia de
        
        
          la MC humana, donde solo entre el 2 y el 5% de los niños infectados desarrollan la
        
        
          forma cerebral (13, 15, 18). Esta nueva caracterización del modelo murino
        
        
          permite disminuir la variabilidad fenotípica, producto de la heterogeneidad en la
        
        
          experimentación, y pone de manifiesto la necesidad de establecer un buen
        
        
          diagnóstico de MC después de la infección que facilite la evaluación de
        
        
          tratamientos farmacológicos que puedan generar resultados más confiables y
        
        
          precisos. El artesunato es actualmente la droga más potente, aprobada y establecida
        
        
          para ser la primera opción de tratamiento en adultos y niños con malaria severa
        
        
          producida
        
        
          
            P. falciparum
          
        
        
          . Se ha demostrado que el artesunato es capaz de inhibir
        
        
          tanto las formas maduras como las jóvenes del parásito y de ahí su versatilidad
        
        
          (22, 39). Su acción antiplasmódica sobre
        
        
          
            P. berghei
          
        
        
          ANKA también ha sido descrita