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Ciencia y simbiosis: retos y logros
Andrés Moya
Catedrático de Genética de la Univesitat de València. Unidad Mixta de
Investigación en Genómica y Salud de la Fundación para el Fomento
de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana
(FISABIO-‐Salud Pública) y el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y
Biología Evolutiva de la Universitat de València.
email:
Recibido el 9 de junio de 2013
An. Real Acad. Farm. Vol 79, N° 2 (2013), pag. 207-‐212
SOBRE LA CIENCIA
Como sostiene Ortega y Gasset (1) en su meditación sobre la técnica, el
hombre es en tanto que ser técnico. La técnica lo cualifica con respecto a otros
entes vivos. Y en la medida en que la técnica se racionaliza, es decir, se dota de
ciencia, podemos afirmar que nuestra capacidad de intervención sobre la
naturaleza se hace progresivamente más inteligente. Por lo tanto, no es pertinente
en modo alguno estigmatizar a la técnica o la ciencia y obviar su radical presencia
en la historia de nuestra especie, el hecho de que forman parte de nuestra esencia,
como sostiene Heidegger (2), para reclamar un trasnochado humanismo donde
ellas estuvieran ausentes.
Para Ortega y Gasset la técnica suministra bienestar al ser humano, no es
algo prescindible bajo ningún concepto de humanismo. La historia de nuestra
especie bien puede interpretarse a la luz de esta acción salvífica de la técnica y, por
qué no, el considerar como esencialmente nuestro lo de ser entes dotados para la
técnica y, por ello, poder beneficiarnos de sus efectos. Pero cuando la técnica se
hace científica, es decir, cuando el instrumento o el medio sujetos a intervención se
hace inteligible o explicable gracias a la ciencia, tanto el ente material que
proporciona el bienestar al ser humano como él mismo entran en una nueva
relación. Y más aún si ambos coinciden porque, en efecto, el ser humano se puede
proporcionar bienestar a sí mismo a través de la autointervención (3). De eso trata
la medicina, la
“Ars medica
” de siempre y la medicina científica de nuestro tiempo:
de la autointervención que proporciona bienestar.
Si el planeta, tal y como lo conocemos, quedó transformado por la vida que
en él evolucionó, también es cierto que la acción antrópica ha procedido a
transformarlo desde el momento en que nuestra especie desplegó sus habilidades
ARTÍCULO DE OPINIÓN