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La acción de la luz continua es más desfavorable que la oscuridad total. Según
Benoit y cols (1959), quienes sometieron a 3 lotes de canarios a: luz y oscuridad
continua y a fotoperiodo normal; al cabo de 4 años había: 8 supervivientes de 10
en el lote de iluminación normal, 9 de 12 en el lote de oscuridad total y ninguno en
los 8 sometidos a luz continua.
Últimamente Yeste et al (2016), fotoestimulando con luz LED Rojo, dosis de semen
porcino, con la cámara ma-Xipig® durante 30 minutos, obtuvieron en
inseminaciones de 9.877 cerdas, una mejor fertilidad (2,327%) (p<0.005) y una
mayor prolificidad tanto en el total de lechones nacidos como en nacidos vivos.
FACTORES IMPLICADOS EN LA REPRODUCCIÓN
Los cambios de temperatura, las lluvias y los alimentos son los factores que
condicionan la supervivencia y determinan las épocas de los nacimientos.
Teniendo en cuenta que la duración de la gestación varía de una especie a otra, el
momento de la reproducción también lo hará para que los nacimientos tengan
lugar en primavera. La llave predominante del momento óptimo y que es
predecible de repetirse, en nuestro sistema solar, es el fotoperiodo; aunque los
efectos son mayores a medida que nos alejamos del ecuador, con especies de
reproducción en días de fotoperiodo creciente (como los équidos) o decreciente
(como óvidos, capridos, etc.). Las variaciones fotoperiódicas sincronizan el ritmo
endógeno para que la reproducción coincida con el momento más adecuado del
año (Chemineau et al., 1989).
En los insectos (Pittendrich y Minis, 1964), en los pájaros (Lofts y Lam, 1975) y en
el hámster (Elliot et al., 1976) demostraron la existencia de una fase fotosensible
en relación al alba y al crepúsculo, relacionada con la alternancia luz-oscuridad.
Los efectos del fotoperiodo son mayores en las aves (codorniz, gorrión, pato) que
en los mamíferos. Tanto las aves como los mamíferos regulan las variaciones
estacionarias a través de un sistema circadiano endógeno de fotosensibilidad, con
2 fases una insensible y otra sensible a la luz.
En la coneja, yegua y vaca, es el fotoperiodo creciente el que ejerce una acción
favorable, aumentando el número de hembras en celo, adelantando la época de
reproducción e incrementando la fertilidad a medida que aumentan las horas de luz.
8| Emilio Espinosa Velázquez