FÁRMACOS
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La segunda guerra mundial, terrible como todas las guerras, hizo sin
embargo concienciar a la sociedad y despertarla en muchos ámbitos del
conocimiento, intentando buscar soluciones a las terribles consecuencias que
había originado.
Así se inicia tanto el trabajo en
biomateriales
como en el descubrimiento
de nuevos
fármacos
. Años más tarde la biología molecular y la biotecnología
permiten comprender las bases moleculares de las enfermedades e identificar
dianas terapéuticas.
De nuevo la investigación y la industria farmacéutica tienen un nuevo
reto, encontrar fármacos que puedan interaccionar con esas dianas. Las dianas
suelen ser las proteínas que actúan como receptores de sustancias
endógenas, las enzimas que catalizan un determinado proceso biológico, o los
canales iónicos que controlan el flujo de iones a través de las membranas
celulares.
Pero todo esto es relativamente nuevo, más aun si tenemos en cuenta
que la investigación sobre fármacos en su conjunto no tiene mucho más de
100 años.
Han sido y son muchísimos los fármacos que ha ayudado a combatir
enfermedades raras transformándolas en solo enfermedades comunes, y a
controlar la mayor parte de las infecciones con decenas de antibióticos
específicos, cada vez más potentes y selectivos. El desarrollo de potentes
antitumorales, muchos inspirados en moléculas de origen natural, ha
contribuido a mejorar el pronóstico de los enfermos de cáncer.
Los sistemas de liberación inteligente de fármacos permiten suministrar
dosis exactas, en el lugar preciso y en el momento adecuado. Esto, que
parecía producto de la imaginación hace sólo unos pocos años, es ya una
realidad en algunos laboratorios de élite dedicados a esta línea de
investigación y producción, como es el laboratorio de Robert Langer del
Instituto Tecnológico de Massachusetts y Académico correspondiente de la
R.A.N.F.
El cáncer es una de las enfermedades más extendidas y en las últimas
décadas se han producido importantes avances en el tratamiento de esta