MARÍA VALLET REGÍ
13
liberación inteligente, que permitan su acción en la dosis adecuada, en el lugar
preciso y en el momento exacto durante el tiempo necesario, y todo esto
orquestado por un estímulo externo.
Si nos remontamos a la historia de estos sistemas hay que recordar que
se empezó imaginando y diseñando como envolver a los fármacos con capas
de polímero semipermeable, para que el fármaco se liberara a través de los
poros de esas capas. Esto funcionó y funciona para moléculas de tamaño
inferior al de los poros que quedan entre las capas de polímero, pero si las
moléculas de fármaco son grandes, como es el caso de la mayoría de las que
se utilizan en tratamientos contra el cáncer, no se consigue su liberación
debido a que no caben por los poros de la capa polimérica envolvente.
El siguiente paso, fue diseñar rendijas de polímeros, con poros de
tamaño nanométrico y especifico para cada medicamento, adecuados para
permitir su liberación y el control de su velocidad de escape. Más
recientemente se están utilizando nanopartículas como mensajeros, capaces
de dosificar “casi” cualquier tipo de fármaco.
Son posibles varias vías de entrada en el organismo. Las vías cutánea,
nasal y pulmonar son más efectivas que la vía a través del sistema digestivo.
La piel es una barrera relativamente impermeable, pero hay sustancias
capaces de atravesarla a velocidades razonables. Hoy, se tiene evidencia de
esto y es habitual utilizar parches para muchas enfermedades o adicciones, y
de hecho, ya están en el mercado desde hace algún tiempo. Más aún, es
posible facilitar la absorción de algunos medicamentos aplicando una pequeña
corriente eléctrica a través de la piel.
Otro estímulo, la aplicación de ultrasonidos, puede lograr aumentar unas
5.000 veces la capacidad de absorción por vía cutánea, lo que permitiría la
utilización de parches para administrar insulina o analgésicos contra el dolor.
La vía de administración a través de los pulmones, puede ser eficaz y
apropiada no sólo para tratar problemas respiratorios, también cualquier otra
parte del cuerpo. A través de los pulmones llega el oxígeno a la sangre y por
esta vía se podrían transportar las moléculas de los fármacos.