A. M. Pascual-‐Leone
            
          
        
        
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          Sanitarias, los estudios MIR (médicos internos residentes etc.). ¡Qué bien, qué
        
        
          bien, que esta experiencia extraordinaria quede aquí reflejada!
        
        
          -‐ Gertrudis de la Fuente: fue una de las personas que fueron capaces, sobre
        
        
          todo al lado de Alberto Sols -‐aunque empezó con D. Ángel, con el maestro de
        
        
          todos-‐ de llevar a cabo una portentosa carrera científica. ¡Qué maravilla de
        
        
          trayectoria humana, qué experiencia la suya!
        
        
          -‐ Julio Rodríguez Villanueva presenta unas declaraciones, una entrevista
        
        
          que refleja fielmente que se trata de una de estas personas con una trayectoria
        
        
          colmada de realizaciones, sobre todo en el ámbito de la microbiología, con la
        
        
          creación de una escuela muy importante en investigación científica.
        
        
          -‐ Gabriela Morreale: le tengo un especial afecto a Gabriela Morreale. Me
        
        
          encanta su título: “U
        
        
          
            n camino de rosas con todas sus espinas”.
          
        
        
          Es verdad.
        
        
          Normalmente hablamos sólo de las rosas pero hay que ver después lo que
        
        
          muchas de estas rosas contienen… Decía que profeso un especial afecto y un
        
        
          especial aprecio tanto a ella como a Paco. ¿Por qué? Pues porque en el momento
        
        
          en que iniciábamos la difícil experiencia de la prevención de las afecciones
        
        
          neuronales de manifestación postnatal, que cursan con un grave e irreversible
        
        
          deterioro de las capacidades intelectuales, contar con los conocimientos y
        
        
          realizaciones que aportaba el matrimonio Gabriela Morreale-‐Francisco Escobar
        
        
          fue muy importante. Hay que señalar la gran dificultad que representaba
        
        
          entonces la división tajante entre la enfermedad, la medicina y la universidad.
        
        
          A este respecto, he contado muchas veces mi visita en los años 60 al
        
        
          Director General de Sanidad -‐entonces no había Ministerio de Sanidad, había un
        
        
          Director General y estaba en el Ministerio de la Gobernación-‐ que en aquel
        
        
          momento era D. Jesús García Orgoyen, una persona con gran prestigio
        
        
          profesional. Le fui a proponer, joven profesor entonces, un plan nacional para
        
        
          prevenir una serie de enfermedades (enfermedades “infrecuentes”) que la madre
        
        
          “compensa” durante la gestación, pero que en la vida autónoma presentan
        
        
          afecciones irreversibles. “He visitado un centro, he visto a estos niños y me han
        
        
          dejado absolutamente destrozado, porque la mayor parte padecen defectos
        
        
          genéticos o adquiridos que podrían haberse evitado”. El Director General me dijo:
        
        
          “Comprenda que éstas son enfermedades raras y yo tengo que tratar
        
        
          enfermedades como la tuberculosis,
        
        
          la polio, el tifus”… Le interrumpí:
        
        
          “Perdóneme, pero acaba usted de decir algo que no debe decir nunca a una
        
        
          madre que venga e exponerle una enfermedad de su hijo, porque le contestará
        
        
          que como la vida no se vive más que una vez, y es su hijo, para ella es el cien por
        
        
          cien”. Benavente escribió que “cada niño es toda la humanidad”. ¡Qué razón tenía!
        
        
          Especialmente para los progenitores…