B. Lizarbe y S. Cerdán
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sangre, las señales periféricas con efectos orexigénicos (grelina) o anorexigénicos
(PYY) (10) y los componentes de señalización intrahipotalámicos. Las cantidades
de leptina e insulina circulan en sangre en función de la cantidad de grasa corporal
y de los niveles de glucosa, respectivamente, llegando al hipotálamo a través del
núcleo ARC, donde la barrera hematoencefálica (BBB) resulta altamente
permeable. La llegada en exceso de estas señales inhibe la activación de las
neuronas orexigénicas del Neuropeptido Y (NPY) y Agouti Related Peptide (AgRP)
(color morado) y activa las neuronas anorexigénicas de melacortina (α-‐MSH) y del
transcrito regulado por anfetamina (Cocaine-‐Anphetamine-‐Regulated Transcript;
CART ) (en verde). Este balance tiene como consecuencia una disminución de la
ingesta de comida (saciedad) y un incremento del gasto energético. Los niveles
bajos de leptina e insulina en sangre promueven, en cambio, la activación de las
neuronas orexigénicas y la inhibición de las anorexigénicas, produciendo un
aumento de la sensación de hambre y un ahorro en el gasto energético.
La acción de la grelina y el péptido PYY3-‐36, segregados en el estómago y en
el colon, respectivamente, proporcionan al núcleo ARC señales positivas (grelina) y
negativas (PYY) que a corto plazo promueven sensaciones de hambre y saciedad,
respectivamente, mediante la activación o inhibición selectiva de los grupos
neuronales específicos del hipotálamo (11). A más largo plazo, los niveles altos de
leptina e insulina en sangre pueden producir una desensibilización de sus
receptores, originando fenómenos de resistencia a la insulina y/o leptina,
aumentando los niveles de glucosa en plasma y la acumulación de lípidos, que
pueden causar eventualmente diabetes y obesidad.
3. ESTUDIOS DE MRI DE LA REGULACIÓN HIPOTALÁMICA DEL APETITO
Las técnicas de imagen más utilizadas en estudios de regulación del apetito
in vivo son: BOLD, MEMRI y DWI. BOLD infiere la actividad neuronal en las
regiones cerebrales activadas por los niveles de deoxihemoglobina paramagnética
y los cambios en perfusión sanguínea (12,13). MEMRI utiliza la acumulación de
Mn
2+
paramagnético durante la activación neuronal, un fenómeno que refleja
competitivamente la acumulación de Ca
2+
durante los potenciales de acción (14).
DWI detecta la activación neuronal por los cambios en los parámetros de difusión
del agua, consecuencia de los flujos transcelulares de iones que ocurren durante la
neurotransmisión (15), aunque también se han atribuido los cambios a la
aparición de procesos inflamatorios relacionados con la obesidad (16,17).
A continuación, se proporciona una descripción detallada de la información
conseguida con cada una de estas metodologías.