A. M. Pascual-‐Leone
            
          
        
        
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            Rafael Sentandreu
          
        
        
          , el Dr. Sentandreu ha sido uno de los disciplinados que ha
        
        
          elaborado su contribución respondiendo a las preguntas orientativas que remitió
        
        
          la editora. Es una contribución plena de buen sentido, de reflexión sobre lo que
        
        
          supone ser investigador, de cómo formarse, de sincero reconocimiento a Julio
        
        
          Rodríguez Villanueva, después de evocar los primeros contactos con Vicente
        
        
          Villar Palasí, de trabajar en la farmacia del hospital donde trabajó Sir A. Fleming, y
        
        
          de regresar a Madrid por mor del servicio militar. Allí tuvo también un primer
        
        
          contacto con Federico Mayor que estaba preparando su acceso a cátedra y con
        
        
          María Cascales.
        
        
          Termino con una frase suya: “Parece (que) la sociedad española y
        
        
          especialmente los políticos no están preparados para reconocer el trabajo del
        
        
          investigador ya que ante cualquier crisis económica son los recursos asignados a la
        
        
          ciencia los primeros que son reducidos o eliminados”.
        
        
          
            María Antonia Günther y Antonio Sillero
          
        
        
          , a los que podíamos calificar como
        
        
          la pareja itinerante, trabajan en colaboración desde hace más de cuarenta años.
        
        
          En su contribución hay una detallada y atractiva descripción de ese proceso
        
        
          de itinerancia, prestando como ellos mismos dicen “más atención a los distintos
        
        
          ambientes de trabajo vividos que a su trayectoria científica”. Ocho instituciones
        
        
          han albergado sus objetivos: “tratar de descubrir (o simplemente aclarar) alguna
        
        
          de las innumerables facetas que ofrecen los seres vivos. Las facetas son tantas, tan
        
        
          diversas y sin embargo tan interrelacionadas que permiten todas las posibles
        
        
          miradas que cualquier persona o investigador pueda dedicarles”
        
        
          Recomiendo la lectura de este capítulo a cualquiera que esté tomando
        
        
          decisiones sobre los investigadores atribuyéndoles la condición de “funcionarios”.
        
        
          Avanzo aquí una de mis conclusiones, existe un error histórico en considerar a los
        
        
          investigadores como “funcionarios”, con todo respeto y admiración hacia ese
        
        
          estatus. Pero nada corresponde en la misión y objetivos de los investigadores a los
        
        
          de los funcionarios, estando éstos mucho más relacionados con el servicio y apoyo
        
        
          directo al público, encargados de cumplir con las normas y actuando alrededor
        
        
          de lo que se conoce como burocracia. Sin embargo, a los investigadores que
        
        
          trabajan en el sector público se les puede considerar como “servidores y
        
        
          emprendedores públicos“ que realizan actividades intelectuales y experimentales
        
        
          de modo sistemático con el propósito de aumentar el conocimiento de una
        
        
          determinada materia.
        
        
          Hay más emprendimiento en las trayectorias de esta pareja que en miles de
        
        
          empresarios del panorama español.
        
        
          
            Margarita Salas
          
        
        
          , también ha sido una de las disciplinadas que han
        
        
          construido su contribución sobre las preguntas preparadas por la editora.