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Las alteraciones sensoriales, junto con el deterioro del estado bucal y dental, están
relacionados con la pérdida del placer de comer, lo que puede influir en que ciertos
alimentos sean eliminados de la dieta. Más de la mitad de los mayores han perdido gran
parte de la dentadura o padecen enfermedad periodontal o caries que hacen difícil y
dolorosa la masticación.
Se suelen preferir alimentos blandos que a menudo son altos en contenido
energético y bajos en densidad de nutrientes. Esto suele llevar a una ingesta deficiente de
nutrientes y al estreñimiento que se ve intensificado por la disminución del peristaltismo.
Los mayores suelen tener problemas de xerostomia (sensación de sequedad en la
boca) debido a atrofia de las glándulas salivares, algunas enfermedades como la diabetes, el
tabaquismo, la ansiedad, la depresión y el uso de algunos fármacos.
El resultado es una menor lubricación y dificultad de masticación, degustación e
ingestión de alimentos, así como un aumento de la frecuencia de infecciones, ulceraciones
(como las aftas) y caries. La disfagia limita el tipo y cantidad de alimentos consumibles
contribuyendo a la desnutrición y la deshidratación.
Para evitar el atragantamiento o la aspiración de comida hacia los pulmones se
recomienda permanecer sentado media hora antes y después de cada comida. Los alimentos
deben tener una textura adecuada como los purés que formen un bolo fácilmente en la boca,
evitando los pegajosos, de estructura fibrosa, con huesos o pepitas, o los irritantes.
Los alimentos sólidos se pueden ablandar con leche o caldos. La disminución de la
fuerza de los esfínteres, especialmente el gastro-esofágico, favorece el reflujo del contenido
ácido del estómago hacia el esófago. Al disminuir la motilidad gástrica hay un retraso en el
vaciamiento gástrico, especialmente por lo que se refiere a las grasas, lo que podría ser
causa del aumento de sensación de saciedad y de anorexia.
La atrofia gástrica afecta a un 25 a 40% de los mayores y afecta a su estado
nutricional, dando lugar a una menor absorción de vitamina B12, ácido fólico y hierro no
hémico. También disminuye la absorción de calcio debido sobretodo al déficit de vitamina
D que es muy frecuente en los mayores incluso en países mediterráneos como el nuestro.
También es frecuente el estreñimiento debido a un descenso de motilidad intestinal, baja
ingesta de energía, fibra y agua, falta de ejercicio físico y la medicación.