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J. San Martín y A. Valero
puede ser desde babeante, a poca presión, hasta de 1 a 1,5 atmósferas, que no se debería
superar; es importante considerar este aspecto, de tal forma que la técnica ha de estar
siempre acomodada a la situación del paciente, al proceso a tratar y a la respuesta
individual. La prescripción ha de ser siempre individualizada.
Los baños de agua termal calentada a la temperatura adecuada, de ordinario 36-
38ºC. se aplican en bañera individual. Las bañeras de mármol de una pieza han sido
sustituidas por bañeras de hidromasaje, que llevan incorporado un sistema de aplicación de
chorros que por medio de mandos, se puede regular la temperatura, la intensidad y
duración o tiempo de aplicación, la dirección y el sentido de los chorros para dirigirlos a
una determinada parte del cuerpo, etc. (Figura 7).
Figura 7.-
Bañera de hidromasaje.
Las aplicaciones de agua a temperatura superior a la considerada indiferente (34-
36ºC) junto al efecto del masaje producido por la percusión contribuye a la relajación de la
musculatura, a un aumento del trofismo tisular por mejoría de la circulación local, a efectos
sedantes generales y analgesia.