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E. Torija y col.
tienen una temperatura entre 20 y 30 ºC. Otros autores como Casares et al. (1978) (11),
Maraver (2003) (12), Armijo et al. (2003) (13), Corvillo et al. (2006) (14) y Maraver y
Armijo (2010) (6) las clasifican como hipotermales ya que se trata de aguas con una
temperatura inferior a 35ºC que son las que corresponden a esta nomenclatura.
El pH encontrado fue superior a 7,0. En el Vademécum de Aguas
Mineromedicinales Españolas (2003) (5), se cita un pH igual a 7,0 y en el Vademécum II de
Aguas Mineromedicinales Españolas (2010) (6), de 6,9. La Legislación Española/CAE
(2006) (10), al hablar de las aguas de consumo indica que su pH deberá estar comprendido
entre 7,0 y 8,5.
En relación a los gases disueltos, existen en una pequeña cantidad. El contenido de
oxígeno es del orden de 2,0 mg/L en ambos puntos y el de anhídrido carbónico se
encuentra próximo a los 1,0 mg/L, también en ambas muestras.
En la Tabla 2 se recogen las características generales. Los valores de conductividad
eléctrica están muy próximos a 1.000
µ
S.cm
-1
, entre 950 y 1.040
µ
S.cm
-1
. Para establecer de
qué tipo de agua se trata, podemos considerar lo expuesto por Rodier (1998) (15), para
quien las aguas con una conductividad eléctrica CE 666–1.000
µ
S.cm
-1
son de
mineralización importante.
El Vademécum de Aguas Mineromedicinales Españolas (2003) (5) menciona una
conductividad de 1016
µ
S.cm
-1
(a 25ºC) y en el Vademécum II de Aguas Mineromedicinales
Españolas (2010) (6) se indica 1080
µ
S.cm
-1
. La Junta de Extremadura (2003) (16), por su
parte, refiere una menor conductividad, de 794
µ
S.cm
-1
.
La cantidad total de sales, expresada como residuo seco se determina actualmente a
180 ºC, pero anteriormente la determinación se realizaba a 110 ºC, por lo que cuando
comparemos nuestros datos con otros o en relación a la clasificación de nuestras aguas,
haremos referencia a ambas temperaturas.