MARÍA VALLET REGÍ
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La superficie libre de las nanopartículas metálicas y su interacción
resonante con la luz son de enorme interés en campos como el de bioensayos
in vitro
e
in vivo
para el diseño de biosensores, el diagnostico
in vivo
y la
terapia del cáncer. Para esta última, la idea motriz es incorporar en las
nanopartículas metálicas moléculas de reconocimiento de las células
cancerígenas, a su vez ancladas en ellas de forma selectiva, y al controlar su
reactividad, proceder a barrer la zona identificada como cancerígena con un
láser cuya longitud de onda sea resonante con el plasmón superficial. Si esa
longitud de onda no se absorbe por otros tejidos, se habrían llegado a generar
terapias sin cirugía, con todos los beneficios que eso conlleva. Cuando la luz
láser, de longitud de onda adecuada, se focaliza sobre la zona donde se han
localizado las nanopartículas, la luz dispersada o absorbida por ellas se
transforma en calor. Este incremento local de temperatura seria el responsable
de eliminar a las células cancerígenas que tuviesen ancladas las
nanopartículas metálicas, de la misma forma que el desprendimiento de calor
originado por la aplicación de un campo magnético sobre nanopartículas
magnéticas da lugar a un tratamiento de hipertermia dirigido, para eliminar las
de células cancerígenas del que hablaremos más adelante.
Avances recientes de investigación en el campo biomédico, son la base
para un futuro donde tratamientos personalizados y técnicas de diagnóstico
selectivas empiecen a ser una realidad. Los avances conseguidos en técnicas
de síntesis y caracterización de productos nanotecnológicos, ha abierto la
puerta a la posibilidad de fabricar dispositivos capaces de establecer una
interacción íntima con el mundo biológico. Imaginen que fuera posible el control
preciso sobre los procesos de liberación de sustancias terapéuticas. Sin duda,
abriría la puerta a la oportunidad de mejorar la especificidad de la acción
terapéutica y a reconsiderar algunos medicamentos, prometedores para ciertas
enfermedades, que tuvieron que ser descartados debido a sus bajos niveles de
tolerancia.
La capacidad de orientación de estos nuevos nanodispositivos debería
dar lugar a poder suministrar
dosis a medida
, que lleguen a
la zona que lo
necesita
y solo a ella. Y podríamos añadir
cuando lo necesita
.