Diseño de un modelo de atención farmacéutica infantil…
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que bajo la coordinación del ISMP-‐España, realizó el grupo Ruiz-‐Jarabo (23), y
según los motivos descritos la definición de error de medicación en pediatría más
uniforme conseguida (21).
Así, a partir del análisis de los distintos tipos de errores, de los motivos que
pueden provocar este error, y la significación clínica de ese error se establecen los
datos a comprobar. Las labores exigidas son progresivas en todos los aspectos
relativos al nivel de complejidad, objetivando que en el nivel de mayor complejidad
de validación deben llevarse a cabo las labores mínimas contempladas en los
niveles previos, intentando que en el nivel más complejo de validación se pueda
llegar a detectar cualquiera de los tipos de errores de medicación descritos, siendo
por tanto, la más completa. Configuran así una escala de complejidad creciente
ordinal de tipo Likert.
Para la descripción del perfil de seguridad de la prescripción y la actividad
de los farmacéuticos pediátricos se realizó un estudio epidemiológico
multicéntrico descriptivo prospectivo realizado entre los meses de Julio y Octubre
de 2011, en 8 hospitales que tratan pacientes pediátricos. Según un tamaño
muestral previamente calculado, se estimó que cada centro debía recoger al menos
100 intervenciones en un periodo de tiempo dentro del margen señalado, y en
aquellos en los que la tasa de intervenciones fuera menor, la duración máxima del
periodo de recogida sería de 90 días. El conjunto de centros cubría un total de
1565 camas pediátricas. Algunos de ellos disponían de sistemas de prescripción
electrónica, mientras que otros empleaban sistema de prescripción manual. En
unos casos estaban dotados de armarios automatizados de dispensación, mientras
que el resto disponían o bien de sistemas de dispensación en dosis unitarias, y los
menos, de botiquín en planta. Las intervenciones realizadas eran sistemáticamente
registradas por los farmacéuticos clínicos en una base de datos Access® 2003
(Microsoft Corporation, Redmond, WA, USA) previamente validada, recogiéndose
las siguientes variables de medida: centro implicado, datos demográficos del
paciente (grupo de edad y edad en años según la clasificación descrita por la
Agencia Europea del Medicamento –EMA (24)), sistema de prescripción y de
dispensación empleado, motivo de la intervención, significación clínica, tipo de
error según la actualización de clasificación descrita por el grupo Ruiz Jarabo y el
fármaco implicado, así como su grupo farmacoterapéutico.
En cuanto a los tipos de errores de medicación, se empleará la clasificación
del Grupo Ruiz Jarabo (23), que es una adaptación española de la clasificación del
NCCMERP, realizándose una distribución de los diferentes motivos de
intervención, con los tipos de errores de medicación equivalentes (Tabla 1),
obteniéndose por tanto una relación entre los diferentes tipos de errores de
medicación, con una severidad clínica asociada. Para la evaluación de la relevancia
clínica se utiliza una escala ligeramente modificada de Overhage & col. y se genera