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La obesidad durante la adolescencia se asocia con hipertensión arterial,
hipertrigliceridemia y disminución del colesterol-HDL. Mas recientemente se ha reportado
que los adolescentes obesos, especialmente con IMC ≥ 40 kg/m
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, tienen morbilidad
cardiorrespiratoria significativa.
La obesidad en la infancia se mantiene con frecuencia durante la adolescencia y la vida
adulta. La posibilidad de que un niño obeso se convierta en un adulto obeso bordea entre
un 21% y un 43%, aunque se ha comprobado también que un 30% de los niños con
sobrepeso se convierten en adultos con peso normal.
La probabilidad de que persista la obesidad infantil en el adulto aumenta con la
gravedad de su obesidad y la edad del niño, de forma que si el niño es obeso a los siete
años, el riesgo de ser obeso cuando sea adulto es del 41%, si lo es de los diez años a los
trece años, el riesgo es del 70% y si es obeso en la adolescencia, tiene un riesgo de ser
adulto obeso del 80%. Los niños obesos menores de tres años y cuyos padres no son
obesos tienen un riesgo muy bajo de desarrollar obesidad en la edad adulta.
La persistencia del exceso de peso se relaciona también con los antecedentes familiares
de obesidad, aunque esta influencia es más importante en la infancia temprana (de dos a
diez años). En la adolescencia es el propio peso del niño el determinante más importante
de obesidad en la etapa adulta.
La evidencia sugiere que los factores de riesgo presentes en el niño llegan al adulto,
sobre todo la hipertensión arterial, la dislipidemia y las alteraciones de la tolerancia a la
glucosa.
Aunque existen otros factores relacionados, el factor de riesgo más importante para el
desarrollo de diabetes mellitus tipo 2 es la obesidad. En el 85% de los adolescentes con
diabetes mellitus tipo 2 hay exceso de peso, mientras que el 25% de los diabéticos tipo 1 la
presentan.
La diabetes mellitus tipo 2 ha sido siempre considerada una enfermedad típica del
adulto. Sin embargo, de manera paralela al aumento de las tasas de obesidad y síndrome
metabólico en la infancia y la adolescencia se ha producido un dramático incremento de la
incidencia y prevalencia de diabetes tipo 2 en la población pediátrica.
El síndrome metabólico, se entiende como la coexistencia de una serie de factores de
riesgo comunes para el desarrollo de diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular