Page 106 - Anales312018
P. 106
3. EL MULTIPLICADOR DE LA RENTA
Un paradigma clásico en la macroeconomía, en especial después de la supuesta
revolución de Keynes en The General Theory…del año 1936 es el multiplicador de
la renta. Afirma que un aumento de la demanda autónoma, cualquiera que sea esta:
C, I, G, XM (consumo, inversión, gasto público y exportaciones netas), provoca que
la masa monetaria, o sea dicha demanda siga circulando en forma de demandas
continuas y disminuidas. En resumidas cuentas dicha operación supone:
1.- Que hay un golpe de demanda autónoma inicial que llamaremos por ΔA.
2.- Perpetuación de la demanda.
2.1.- Que dicha demanda continúa y se perpetúa hasta que se reduce a cero
porque en cada fase de demanda hay una filtración en forma de ahorro
marginal: s medida por la propensión marginal al ahorro. Esta se mide por
la derivada del ahorro en relación con la renta: d/S/dY= s.
2.2.- O sea que al fuerza propagadora dinámica la suministra la propensión
marginal al consumo: c. De modo que como es fácil apreciar: c+ s = 1.
2.3.- Habrá un incremento de la demanda ΔA que provocará un incremento de la
renta: ΔY tal que ésta será superior a su causa: el incremento de la
demanda autónoma: ΔA. De modo que:
ΔA < ΔY (5)
Para que la desigualdad señalada en (5) se convierta en igualdad debe haber un
multiplicador mayor que uno: α>1 y este es el cociente entre uno y la propensión
marginal al ahorro: α = 1/s. por tanto queda que:
ΔA α = Δy (6)
Es aquí donde hacemos una aclaración importante: ¿Qué es la demanda autónoma?
Demandar significa entregar dinero: oferta monetaria, para demandar bienes, de lo
contrario estaríamos en una operación de fantasía carente de sentido. ¿Por qué no
lo ha podido reconocer la macroeconomía? Porque ha cometido la ligereza,
aparentemente sin importancia, de llamar con dos nombres la misma operación:
demanda autónoma y dinero que ofrece, o sea oferta monetaria.
Puesto que tratamos de incrementos, un coeficiente entre incrementos es un
número puro tal como me comentó el profesor Tobin en una crítica demoledora
que nos hizo ante nuestros intentos de unificación de las fuerzas monetarias. En
nada desmerecen a nuestros intentos como tendremos ocasión de apreciar.
106| José Villacís González