An. Real. Acad. Farm. vol 79 nº 4 2013 - page 155

Gloria Redondo Rincón, Antonio González Bueno
670
presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, Antonio Crespo
Álvarez (1891-­‐1972), además de avalado con la firma de nueve facultativos:
“En algunos países el asegurado ha de pagar una cantidad por cada
receta, cualquiera que sea el costo de la especialidad. En otros se modificó la
prima de cotización o se impuso al asegurado el satisfacer un elevado tanto
por ciento del valor del medicamento. Ni un sistema ni otro proponemos;
hemos de ser consecuentes y fieles al sistema que se preconizó desde un
principio, pero hay que pensar seriamente una medida de acuerdo con la
realidad. No puede moverse la cuota en las circunstancias actuales (…)
Tampoco queremos que el asegurado contribuya con una participación del
valor del medicamento, porque el elevado coste de muchos preparados le
impediría con sus ingresos, ya mermados por su situación de baja, la
adquisición del remedio para su enfermedad (…) Esta preocupación
condujo a los órganos del SOE a someter a la comisión mixta del Ministerio
de Trabajo la necesidad de aprobar un petitorio de especialidades
farmacéuticas en el que figuraran todos los medicamentos y productos
fundamentales y suficientes para asegurar un tratamiento eficaz, con
arreglo a la terapéutica actual, incluyendo antibióticos y excluyendo, en
cambio, aquellas medicinas de escaso o nulo valor curativo (…) la comisión
mixta aprobó por unanimidad dicho petitorio (…) el SOE antes de tomar tan
trascendental medida, quiere saber la posición de los asegurados, y, a sus
efectos, somete a su criterio y votación el régimen a seguir en el futuro”
(53).
Siete días después, el 26 de mayo de 1953, aún en pleno período de
consulta, se publicó en la prensa una entrevista con José Antonio Girón de Velasco,
en ella justificaba la solicitud de opinión a los trabajadores al conocer que éstos no
veían una intención transparente en ella:
“-­‐ Parece, señor Ministro, que hay un cierto desasosiego con motivo
de la consulta dirigida a los trabajadores acerca de los medicamentos que
suministra el S.O.E. (…)
-­‐ Es posible que exista por ahí alguien, sin noción de la solvencia
política y con demasiada noción de la existencia de ciertos intereses
mercantiles, y que, por ambición, preste su nombre, su ligereza o su infamia
para servir a beneficios propios o ajenos.
Si ese alguien existiera sería inexorablemente enjuiciado, después de
ser implacablemente descubierto y expuesto a la luz pública…” (54).
Al leer alguna de las respuestas de José Antonio Girón en esa entrevista se
puede entender el ‘desasosiego’ de los trabajadores:
1...,145,146,147,148,149,150,151,152,153,154 156,157,158,159,160,161,162,163,164,165,...190
Powered by FlippingBook