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reduce la reactividad de la presión arterial al sodio y mejora la producción de óxido
nítrico.
Existe un número importante de estudios que indican que la hipertensión arterial y la
obesidad se encuentran asociadas; sin embargo, la razón de esta asociación no está del
todo clara y es probablemente multifactorial. Una mayor sensibilidad a la sal puede ser
una de las razones por la cual los individuos obesos tienen una prevalencia aumentada de
hipertensión arterial. La adiposidad hace a la persona más sensible a la sal y esto podría
ser revertido con la reducción de dicha adiposidad. Se ha postulado que la obesidad y sus
alteraciones metabólicas asociadas pueden, entre otras cosas, producir daño del endotelio
renal con alteraciones de la bioactividad del NO, lo cual se traduciría en retención
alterada de sodio y sensibilidad a la sal.
La metformina, o el preparado comercial clorhidrato de metformina, es un fármaco
antidiabético de aplicación oral del tipo biguanida, que se utiliza comúnmente en el
tratamiento y la prevención de la diabetes mellitus tipo 2, particularmente en pacientes
con sobrepeso. Se sabe que los cambios en el estilo de vida y el uso de metformina
reducen la adiposidad central, la presión arterial (PA) y la actividad simpática, mejorando
también la sensibilidad a la insulina y la función endotelial; corrige la sensibilidad a la sal
y mejora la producción de NO.
Los aniones del oxígeno: superóxido y peróxido
El oxígeno da lugar a dos aniones muy reactivos, el denominado superóxido (o
superoxo) O
2
-
de configuración molecular externa π
2
π
1
, paramagnético con 1e
-
desapareado y el O
2
2-
denominado peróxido (o peroxo) π
2
π
2
, que es diamagnético. Son
muy reactivos y oxidantes intensos. Estos aniones del oxígeno, son tóxicos para el ser
humano. Se forman como subproductos del metabolismo celular y dan lugar a la
destrucción de los fosfolípidos de membrana, contribuyendo al envejecimiento celular.
Las células fabrican sus propios componentes y obtienen la energía que necesitan a
partir de los nutrientes, que son degradados y participan en reacciones de oxidación-
reducción. La mayor parte del oxígeno que utiliza el organismo se destina a producir
energía en la respiración celular, en la que se consumen los nutrientes y se liberan, como
productos finales, dióxido de carbono y agua. Pero aproximadamente un 2% del oxígeno