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bombesina, etc.), así como en la producción de leptina por el estómago, lo que implicaría la
regulación aguda del comportamiento alimentario por dicha hormona (ver texto Figura 1).
El hipotálamo mediante sus centros (p. ej. núcleo arqueado, núcleo paraventricular y área
lateral y parafornical) regula la ingesta de alimentos; estos centros está activados o
inhibidos por las señales nerviosas procedentes del sistema límbico, o por la presencia o
ausencia de nutrientes absorbidos durante el proceso digestivo y que llegan a ser
disponibles para las neuronas hipotalámicas a través de las barreras hematoencefálica y
cefalorraquídea. A largo plazo también se activan diferentes procesos en los que tanto la
insulina como la leptina, tienen papeles muy importantes en la regulación (
Figura 2
).
Figura 1. Señales reguladoras a corto-medio plazo de la ingesta de alimento.
Señales del tracto gastrointestinal y del hígado participan en dicho control. Señales
aferentes nervios sensitivos (trigémino, facial, glosofaríngeo, vago) de los receptores de
volumen, fuerza, presión y quimiorreceptores activados por la presencia de nutrientes
participan en la terminación de la ingesta. Los nutrientes, vía portal, pueden activar desde el
hígado señales vagales. La glucosa y nutrientes modulan la ingesta actuando sobre
receptores de neuronas sensibles a glucosa del SNC (teorías glucostática, lipostática,