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Las consecuencias de la obesidad pueden ser fisiológicas, psicológicas y sociales. Las
fisiológicas incluyen las patológicas, entre las que cabría destacar: las enfermedades
cardiacas, hipertensión arterial, problema de las articulaciones, artrosis, enfermedades
respiratorias cálculos en la vesícula, varices, hernia de hiato, cáncer, diabetes, alteraciones
endocrinas, problemas de fertilidad, hígado graso, apnea del sueño, etc. A todas estas
manifestaciones patológicas hay que añadir las alteraciones psicológicas como baja
autoestima, bajo rendimiento laboral y escolar, depresión e incluso, intento de suicidio. Entre
las consecuencias sociales está el rechazo y la discriminación de la sociedad.
Estos efectos son el resultado de dos factores: el incremento peso producido por la masa
de tejido adiposo y la secreción incrementada de productos patogénicos procedentes de las
hipertrofiadas células grasas. Este concepto de la patogénesis de la obesidad como
enfermedad, permite una fácil división de desventajas de la obesidad producidas por el
exceso de masa grasa y aquellos producidos por los efectos metabólicos de los adipocitos.
En la primera categoría está el rechazo social asociado al estigma negativo y la
discriminación de la obesidad, debida a la apnea del sueño producida en parte por el
incremento de los depósitos de grasa parafaríngeos, y a la osteoartritis resultante del
desgaste de las articulaciones, debido a la falta de movilidad producida por el exceso de peso
debido al acúmulo de grasa. La segunda categoría incluye los factores metabólicos asociados
con los efectos distantes de los productos liberados por los hipertrofiados adipocitos. El
estado de resistencia a la insulina, tan común en estados de obesidad, refleja el efecto de la
mayor liberación de ácidos grasos procedentes de los adipocitos, que tiene que ser
almacenada en otros órganos como hígado o músculo. La resistencia a la insulina, supone
una menor respuesta a la hormona en el músculo esquelético, y es uno de los primeros
defectos detectables en los humanos con diabetes tipo 2. La obesidad es el factor de riesgo
más importante para el desarrollo de esta patología, y concretamente los depósitos centrales
de grasa u obesidad visceral, se han asociado con este tipo de diabetes.
Cuando la capacidad secretora del páncreas está sobrepasada por resistencia a la insulina
aparece la diabetes. La fuerte asociación del incremento de grasa, especialmente la visceral,