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con la diabetes, hace que esta consecuencia sea particularmente gravosa para los costes de la
salud pública.
La liberación de la interleuquina 6, procedente de los adipocitos, estimula el estado
proinflamatorio característico de la obesidad. El incremento en la secreción del inhibidor 1
del activador de la protrombina, procedente de los adipocitos, juega un papel en el estado
procoagulante del paciente obeso, que unido a cambios en la función endotelial, puede ser
responsable del mayor riesgo de enfermedad cardiovascular e hipertensión. En el caso del
cáncer, la producción de estrógenos por la gran masa estromal de la paciente obesa, puede
jugar un papel en el riesgo de cáncer de mama. La mayor liberación de citoquinas juega un
papel significativo en otras formas de crecimiento proliferativo. El combinado efecto de las
consecuencias patogenéticas de las reserva grasa incrementada, representa un factor de
riesgo de menor expectativa de vida.
En resumen, las consecuencias de la obesidad, producen las alteraciones siguientes:
•
metabólicas
, diabetes mellitus tipo 2, intolerancia a la glucosa, resistencia a la
insulina, gota;
•
respiratorias,
apnea del sueño, roncopatías, dificultad respiratoria;
•
digestivas,
reflujo gastroesofágico, cálculos vesiculares, hígado graso;
•
osteoarticulares,
artritis y artrosis de grandes articulaciones como las rodillas y
caderas y comprensión de la columna;
•
psoriasis y alteraciones menstruales;
•
aparato locomotor y elementos de sostén,
se van deteriorando por el exceso de peso,
gastándose hasta que se dañan las grandes articulaciones;
•
aparato cardiovascular
, uno de los más afectados por el acumulo de depósitos de
colesterol y de triacilglicéridos en las arterias, que conlleva a infartos cardiacos;
•
el corazón
también sufre por la recarga de peso y eso ocasiona mayor gasto cardiaco;
•
hipertensión arterial;
pone al paciente en alto riesgo;
•
circulatorias,
al afectarse la circulación de retorno, se originan
varices;
•
accidentes cerebrovasculares;