Los remedios preservativos de la Peste: Primero la huida
39
su origen racial. Para que nadie le piense alejado del pensamiento mágico,
recomienda usar un saquillo con hierbas olorosas, llevado sobre el corazón
66
.
3.2. L
OS CONSEJOS DE
V
ELASCO DE
T
ARANTA
El gusto por las píldoras de Rhazes y otros cuantos medicamentos los comparte
con varios, entre otros en mencionado Velasco de Taranta, quien aconseja para
preservar de la Peste: píldoras de Rhazes y Avicena, formadas por dos partes de aloe
sucotrino y una de azafrán oriental y mirra. Debía tomarse media ochava, casi diaria,
pues impiden la corrupción de los humores del cuerpo. La mirra, según Galeno,
Avicena y Algaza, evita la putrefacción; la prueba evidente, para él también, sería ver
como mantiene los cuerpos de los muertos.
El aloe tiene gran virtud para el estómago, purga las superfluidades coléricas y
limpia los intestinos de heces.
El azafrán es cordial y, según Avicena, nunca altera los humores, conserva el
corazón y conforta los intestinos. Es mejor en pastillas dado su sabor demasiado
amargo. Tiene mucha fe en él, porque ningún hombre enfermó en las seis o siete
pestilencias de las que escapó.
El segundo remedio de Galeno es el bolo arménico bebido con vinagre. Enfría el
corazón y los humores. Estrecha las vías y los caminos del corazón (no le tocará el
aire exterior). Consume las humedades junto al corazón.
El tercer remedio es tomar triaca en cantidad de una avellana, dos veces por
semana. Como calienta mucho, aconseja su consumo con agua rosada o de acedera.
La triaca fortalece y conforta el corazón, defendiéndole de la ponzoña; y esto lo
hace por su misma propiedad por entero. Por ello Avicena atestigua en el Canon
que el suele tomar triaca antes de verse afectado por la peste, no morirá de
esta enfermedad sino que escapará de ella.
66
La opinión contraria al uso del solimán por el origen judaico de su descubridor la comparte Valentín ANDOSILLA DE
SALAZAR,
Libro en que se prueba con claridad el mal que corre por España ser nuevo y nunca visto; su naturaleza, causas,
pronóstico, curación y la providencia que se debe tener con él
, Pamplona: Mathias Mares, 1601.