Los remedios contra la Peste Negra-Javier Puerto - page 41

Los remedios preservativos de la Peste: Primero la huida
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veneno y los vahos venenosos, por lo tanto la putrefacción aérea, causante de la
enfermedad, no llegaría a atacar ese órgano y no mataría al sujeto.
En décimo segundo lugar recomienda ingerir, cada mañana y tarde, un bocado
del electuario que sigue: seis ochavas de bolo arménico, dos de canela buena y una
libra de azúcar. El edulcorante debía embeberse en agua rosada o de acederas. Para
pasar el mejunje debía utilizarse un trago de agua de acederas con vinagre
Por último recomendaba el sangrarse una vez al mes
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.
3.3. L
AS PIEDRAS PRECIOSAS
Las joyas, utilizadas como preservativo pestífero, asoman a la obra de Laguna,
pero se entronizan en la también citada de Marsilio Ficino. Su influencia, al menos
durante el siglo XVI y XVII fue importante. Aunque Carreras Panchón
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explica la
mitigación de estas creencias, desde mediados del decimosexto siglo, a consecuencia
del Concilio de Trento. Sin embargo, el libro de Ficino se tradujo en España a finales
del mismo.
Magos y alquimistas habían recomendado los jacintos, la esmeralda, el ámbar,
los zafiros, topacios y rubíes. Ficino explica como los magos, al servicio del Rey persa,
le aconsejaron mandase esculpir un hombre arrodillado sobre una piedra amatista.
Debía estar ceñido por una serpiente, cuya cabeza cogía con la mano derecha y la
cola con la izquierda; la joya había de engarzarse en oro. El monarca llevaba esa
sortija en el dedo para defenderse contra veneno, y del contagio de toda enfermedad
venenosa. La única precaución, para hacerla efectiva, consistía en poner debajo de
ella, junto al dedo, algunas raicillas de serpentaria. Según aseguraba, resultaba un
poderoso amuleto.
Zamudio de Alfaro recomienda el oro potable o agua de oro, lo mismo que
Ficino. Algunos paracelsistas, entre ellos Giraud de Montpellier, el antimonio.
En resumidas cuentas, medicamentos polifármacos complejísimos, en donde
sobresalen la Triaca y el Mitridato, varios formados con plantas aromáticas y muchos,
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María Nieves SÁNCHEZ,
Tratados de la peste…
op., cit., pág. 51
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Antonio CARRERAS PANCHÓN,
La peste…
op., cit., pág. 97
1...,31,32,33,34,35,36,37,38,39,40 42,43,44,45,46,47,48,49,50,51,...98
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