Los remedios contra la Peste Negra-Javier Puerto - page 36

Los remedios preservativos de la Peste: Primero la huida
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Castigo público y grande, para quien quebrare las leyes y orden que se les diere
en defensa y cura de estas enfermedades.
Vemos aquí un sombrío panorama de la medicina, anudando su impotencia
científica a medidas represivas terribles. No es de extrañar el impacto colectivo de
esta enfermedad en el recuerdo de los pueblos.
Quienes no podían permitirse la huida, podían atenerse a una serie de normas
preventivas, si bien eran conscientes de su poca utilidad.
3.1. L
A SANGRÍA Y LOS REMEDIOS FARMACOLÓGICOS
En el siglo XV, el mencionado Velasco de Taranta, recomienda para los
mancebos y coléricos, purgar la cólera con tamarindos, casia y mirobálanos cetrinos,
cocidos con ciruelas.
Al final del otoño o en el invierno purgar humores gruesos con el agárico, el
turbit, polipodio…
En todo tiempo, píldoras de mirra, azafrán y aloe azucrí.
La sangría la tiene por muy necesaria, especialmente para los mancebos
sanguíneos una vez en cada luna, en ayunas, a dracmas o a onzas, de la vena
mediana o de la del hígado y algunas veces de la del bazo. Se debe hacer en poca
cantidad. Si tuvieran fiebre o Peste se habían de volver a sangrar
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.
Para Andrés Laguna, si uno es sanguíneo, debe sangrarse cuando siente que le
hierve la sangre; también ha de purgar los malos humores.
Para lo último, aconseja las píldoras de Rasis, Razes o Rhases, médico árabe del
siglo X. Estaban formadas por acíbar, mirra y azafrán.
Según el segoviano,
ninguno se halló hasta ahora que las tomase y de peste
fuese herido
. La peregrina causa sería que con esas sustancias se embalsaman los
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María Nieves SÁNCHEZ,
Tratados de la peste…
op., cit., pág. 39.
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