An. Real. Acad. Farm. vol 79 nº 3 2013 - page 21

Riesgos sanitarios de la contaminación de suelos
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Este tiempo de contacto puede ser evaluado directamente, pero también a
efectos de modelización y cuando no es posible realizar esa medida, existen tablas
que calculan por defecto el tiempo de contacto estimado para las diferentes rutas.
Para poder evaluar las consecuencias sanitarias de una determinada
exposición a un contaminante es importante tener en cuenta la concentración que
alcanza realmente en el interior del organismo. Y de forma más concreta en
aquellos órganos donde su efecto puede ser más dañino. Para ello es necesario
conocer los cambios en la concentración,y también en su constitución que se
pueden producir en el proceso de transferencia desde la superficie del cuerpo
humano al interior de un órgano determinado. Estos procesos de transferencia
pueden tener dos modalidades: la denominada “intake” por la EPA, o entrada en el
organismo por las aberturas naturales (boca, nariz, etc.), y la que se produce a
través de las barreras naturales (piel, mucosas, etc.) o “uptake”. En el primer caso,
la concentración en los medios de transporte fluidos como el aire y el agua se
transmite mediante los mecanismos clásicos de flujo (advención, difusión, etc.), y
en los medios de transporte sólidos, como el bolo alimenticio, según el mecanismo
fisiológico de progresión por el tránsito digestivo. En el caso de tener que
atravesar barreras naturales, se produce un proceso fisiológico relativamente
complejo de absorción y transporte que normalmente supone una alteración
importante tanto del carácter como de la concentración del contaminante.
La “dosis aplicada” del contaminante es la cantidad de producto localizada
en la barrera de absorción (piel, pulmón, tracto gastrointestinal) y que está
disponible para su absorción. Normalmente es muy difícil de medir. De todas
maneras, una aproximación a este valor se puede conseguir con el término “dosis
potencial” que es simplemente la cantidad de producto ingerido, inhalado o
localizado sobre la barrera natural. La dosis aplicada frecuentemente puede ser
menor que la dosis potencial si el material es solo parcialmente biodisponible.
Donde estos datos de biodisponibilidad son conocidos, es posible ajustar la dosis
potencial a la dosis aplicada.
La cantidad de producto que es absorbida y está disponible en los fluidos
internos para interactuar con receptores biológicos significativos se denomina
“dosis interna”. Finalmente, la cantidad transportada a un órgano, tejido o fluido
concreto se la denomina “dosis de descarga”, que puede ser solo una pequeña
parte de la dosis interna. La dosis “biológicamente efectiva”, o la cantidad que
realmente alcanzan las células, sitios o membranas donde realmente ocurren los
efectos adversos puede ser solo una parte de la dosis de descarga, aunque
obviamente, es la fracción crucial (EPA, 1992).
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