F. Díaz-‐Fierros Vigueira
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solubles y con valores de Kow relativamente bajos (p. ej. fenol) y en el suelo los
que presentan Kow altos (p. ej. DDT).
El concepto de “fugacidad” introducido por Lewis, GN en 1901 y aplicado
por Mackay, D. (2001) a la difusión de contaminantes en el medio ambiente es otra
alternativa utilizada amp
estos
procesos de reparto (
). La
fugacidad, que significa l
tiene
unidades de presión y puede ser considerada como la presión parcial que un
determinado producto químico ejerce para desplazarse de una fase a otra. En
muchos aspectos, la fugacidad juega el mismo papel que la temperatura para
describir, en condiciones de equilibrio térmico entre las fases, la dirección del flujo
de calor (CEMN, 2005).
El proceso de reparto puede dar origen a un equilibrio estacionario
(modelos de evolución de los contaminantes de nivel I, II y III – CEMN, 2005) o
puede variar con el tiempo, nivel IV. En cualquier caso, es el punto de partida de
otro conjunto de procesos que afectan: a) a su transformación mediante una serie
de reacciones y b) al transporte de estos productos o de sus diferentes
subproductos de degradación.
Procesos de transformación.
Consisten en una serie de reacciones (hidrolíticas,
oxidativas,
biodegradativas, etc.) que alteran las características químicas del producto
contaminante. En muchos casos, estos procesos reducen su actividad tóxica, por lo
que estos mecanismos pueden considerarse como atenuadores o depuradores de
la contaminación del suelo. De todas formas, existen muchas evidencias (todavía
no suficientemente bien estudiadas) de que en la cadena degradativa de muchos
productos pueden aparecer subproductos con actividades tóxicas similares o
incluso superiores a la del término inicial (Eijsackers,H y Doelman,P. 1987).
Retención en el suelo
Para que los mecanismos degradativos, en las diferentes fases del suelo,
actúen con una cierta eficiencia se necesita que exista un tiempo mínimo de
contacto entre el producto y la fase en cuestión, por lo que el tiempo de retención
del contaminante en el suelo es un proceso complejo que debe ser considerado
previamente para comprender adecuadamente los procesos de transformación.
Estos mecanismos de retención de los productos contaminantes al suelo pueden
interferir con los mecanismos de transporte y así, p. ej., la vaporización o
disolución en agua puede verse disminuida si la retención es muy intensa o
irreversible. De una forma aproximada los coeficientes de reparto suelo-‐agua y
suelo-‐aire pueden dar cuenta de la importancia de estos procesos.