An. Real. Acad. Farm. vol 79 nº 3 2013 - page 24

F. Díaz-­‐Fierros Vigueira
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acciones a realizar se encuentre también la de la “aceptación” del riesgo. Como
existe la evidencia de que el riesgo “cero” en muchos casos es muy difícil de
alcanzar (Crews, D. y Gore, A.C., 2011), se trata, en estas situaciones, de poner en
marcha una acción educativa para conseguir que la población aprenda a convivir
con determinados niveles de riesgo compatibles con la salud pública.
Modelos RBCA para análisis de riesgos
Una de las cuestiones fundamentales en relación con los suelos
contaminados es la de poder hacer frente a las costosas medidas de corrección con
criterios de rentabilidad económica y sanitaria. En el año 1995 la ASTM desarrolló
una Guía (E-­‐1739-­‐95) basada en el análisis de riesgos para las acciones correctivas
de las zonas afectadas por vertidos de hidrocarburos. Poco después, en el 2000,
amplió la Guía a todo tipo de terrenos contaminados (E-­‐2081-­‐00, Guía Standard
ASTM para Acciones Correctivas Basadas en el Riesgo), que pasó a ser la
metodología de elección para la toma de decisiones en materia de restauración y
corrección de suelos contaminados en la mayor parte de los países. En España, en
los últimos años, se desarrollaron un conjunto de acciones formativas (IUSC, 2012)
encaminadas a la preparación de técnicos con capacidad para la aplicación de estas
metodologías RBCA.
En esencia, la metodología propuesta en la Guía E-­‐2081 consta de tres
etapas que pueden desarrollarse total o parcialmente:
I ) Una evaluación de riesgos cualitativa que identifica los impactos sanitarios (si
los hubiese), los receptores potenciales más sensibles (escuelas, hogares, masas de
agua, etc.) y las rutas más significativas. La comparación de los niveles de
contaminación existentes con los Niveles Guía (que son de carácter general)
añadida a los datos anteriores podría servir para establecer una jerarquía en
cuanto a la urgencia y oportunidad de la intervención. Para conseguir objetivos de
intervención más específicos del sitio se pasaría a la etapa siguiente.
II) Se utilizan nuevos datos adaptados a las condiciones particulares del sitio
investigado (sobre todo condiciones edafológicas, hidrológicas y geológicas
locales) y se investigan cambios en las concentraciones de los contaminantes que
pueden evolucionar con el tiempo. Se determinan cuantitativamente valores de
riesgo para receptores específicos a partir de niveles de referencia adaptados al
sitio. Se proponen objetivos de corrección adaptados a las condiciones de riesgo
del sitio. Si estos no fueran suficientes, se pasaría a la etapa siguiente.
III) Se utiliza información estadística compleja y modelos de transporte más
sofisticados y se desarrollan niveles de referencia específicos para el sitio (SSTL)
en el área fuente y los puntos de exposición. Debido al coste de esta etapa solo se
utiliza para extensiones de terrenos contaminados de gran amplitud o con un
fuerte impacto sobre la salud pública.
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