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En el caso específico de la obesidad, existe un gran interés en la aplicación de
metabolómica para examinar las alteraciones en el perfil metabólico resultantes de la
ganancia de peso e identificar las firmas metabolómicas correspondientes. Además, estas
firmas metabolomicas podrían ser utilizadas para evaluar el riesgo de la obesidad y el
éxito terapéutico del manejo de la obesidad.
Todo esta conectado: la biología de sistemas
En la búsqueda de la salud, se ha puesto un esfuerzo considerable en la definición y
catalogación de las enfermedades, cosa que hemos conseguido con un éxito relativo. Sin
embargo, la posibilidad de definir precisamente la salud ha sido acompañada de menos
éxito. La "salud óptima", desde un punto de vista metabólico y fisiológico, puede
definirse como la capacidad de un organismo para mantener o recuperar la homeostasis
en un entorno cambiante y especialmente en respuesta a una amplia gama de factores de
estrés ("capacidad buffer"). Para que un organismo permanezca estable (sano) incluso en
presencia de cambios impredecibles, debe ser capaz de ajustar los parámetros
moleculares dentro de las células y órganos para equilibrar su funcionamiento en todo
momento. Así, el organismo está cambiando continuamente su fenotipo. La eficiencia y
la precisión de estos ajustes fenotípicos a nuevas situaciones determinará la salud y el
envejecimiento saludable. La capacidad del individuo para adaptarse en el tiempo y en el
espacio a esas alteraciones de las condiciones externas se denomina "flexibilidad
fenotípica".
La obesidad y sus complicaciones (ej. CVD y T2D) también es el resultado de una
falta de flexibilidad fenotípica que involucra a numerosos órganos, tipos de células y
rutas metabólicas. Así mismo, tal como ha quedado manifiesto, la variación genética es
una parte importante en la capacidad de responder adecuadamente a los estímulos
externos. Por lo tanto, debemos implementar las herramientas de la biología
computacional para descubrir las complejas interacciones entre los factores genéticos,
epigenéticos y ambientales responsables de mantener el equilibrio entre salud y
enfermedad. La investigación actual debe capitalizar en el uso de los datos generados
utilizando técnicas omicas (ej., genómica, epigenomica, transcriptómica y metabolómica)