An. R. Acad. Farm. vol 79 nº 1 2013 - page 157

Sesión científica Premios Nobel 2012
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tipos de células troncales pueden tener una aplicación clínica, sin embargo las
células iPS son especialmente indicadas en la terapia celular de la Medicina
Regenerativa porque al tratarse de una transferencia autóloga se evita el rechace
inmunológico. En el presente contexto únicamente se hará referencia a las células
troncales pluripotentes inducidas (células iPS).
5.2. Células roncales pluripotentes inducidas (iPS), una esperanza ética para el futuro
(14)
Células iPS de ratón
Desde el año 2003, el laboratorio de Yamanaka (15) estaba interesado en el
estudio de los factores necesarios para mantener la pluripotencia de las células
troncales embrionarias, identificando el gen Nanog (16) a la vez que lo hacía el
grupo de Austin Smith (17). A partir de entonces decidió investigar la posibilidad
de inducir la pluripotencia en células somáticas. Conociendo el trabajo de Tada y
colaboradores (18) del año 2001 en el que demostraron que la fusión de células
somáticas con células ES induce la pluripotencia del núcleo somático, Yamanaka
seleccionó un conjunto de 24 factores de transcripción como posibles candidatos
para inducir la pluripotencia en células somáticas, descartando uno a uno los
factores que no parecían capacitados para ello.
Finalmente, en 2006 Yamanaka (19), logró la reprogramación de células
somáticas de ratón utilizando solamente cuatro genes reguladores de la
transcripción (Oct3/4, Sox2, c-­‐Myc y Klf4) que fueron capaces de convertir
fibroblastos embriónicos de ratón en células troncales pluripotentes, por lo que se
le puede acreditar la paternidad de la técnica (20) que fue ratificada por el grupo
de investigación de Rudolf Jaenisch (21). Posteriormente, Yamanaka refinó la
técnica original (22). En 2009, María Blasco y colaboradores demostraron que es
necesaria la presencia de la actividad telomerasa en la obtención de células iPS en
ratón (23). Pensando en una futura aplicación clínica de estas técnicas hay que señalar
dos inconvenientes: en primer lugar, la utilización de un retrovirus como vector
para introducir los genes reguladores que reprograman las células somáticas y, en
segundo lugar, en el caso de Yamanaka, la utilización del proto-­‐oncogén c-­‐Myc, lo
cual puede suponer un obstáculo para lograr la autorización para llevar a cabo la
investigación clínica. De hecho, un 20% de los ratones implantados con células iPS
desarrollaron teratomas cancerosos. Más tarde, en 2011, Yamanaka y
colaboradores (24) obtenían células iPS a partir de fibroblastos de ratón y
humanos sustituyendo el factor c-­‐Myc por el factor de transcripción Glis1 (de la
familia de zinc finger 1), evitando el posible efecto dañino del proto-­‐oncogén c-­‐
Myc. El factor Glis 1 promueve múltiples vías de reprogramación, tales como las
Myc, Nanog, Lin28, Wnt, Essrb y la transición mesenquima-­‐epitelial.
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