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En España, los cambios culturales y de estilo de vida se relacionan también con otros en
la dieta tradicional que suponen una reducción en la ingesta de antioxidantes y vitaminas.
Según el estudio KIDMED20 son los niños y los adolescentes los que se alejan más de la
dieta mediterranea. Nuestros datos no son tan alarmantes, pero nuestra cohorte DRECE no
es tan joven y en ella la dieta mediterránea se encuentra más arraigada.
El panorama sobre los hábitos alimentarios de la población española no es el mejor
posible, tampoco es desalentador. Nos encontramos aun alejados de las recomendaciones
dietéticas, pero si bien es cierto que en las dos últimas décadas no hemos mejorado,
también lo es que no hemos empeorado en nuestra forma de alimentarnos. Esta reflexión
nos anima a continuar con este tipo de estudios observacionales y a alertar a la población
acerca de la importancia de mantener unos hábitos de vida saludables y una dieta, la
mediterránea, como la que históricamente nos ha caracterizado
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