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recientes han demostrado también que en pacientes con obesidad central pueden
desarrollarse infiltración grasa del miocardio, que después puede evolucionar a fibrosis y
deterioro diastólico o sistólico del ventrículo izquierdo.
Obesidad y fibrilación auricular
La prevalencia de fibrilación auricular, al igual que la de obesidad, ha aumentado de
manera significativa en los últimos años. El aumento en la prevalencia de fibrilación
auricular podría atribuirse al envejecimiento de las poblaciones combinado con el mejor
pronóstico de los pacientes con hipertensión, enfermedad coronaria e insuficiencia cardiaca,
afecciones que aumentan el riesgo de fibrilación auricular. Diversos estudios indican que la
obesidad puede causar o favorecer la aparición de fibrilación auricular. Un metaanálisis
reciente que incluyó 16 estudios con 123.000 pacientes, evaluó el impacto de la obesidad en
la fibrilación auricular y demostró que los obesos tienen un 50% más riesgo de fibrilación
auricular y que el riesgo se incrementa a medida que aumenta el IMC. Por otro lado, los
estudios en pacientes tras cirugía cardiaca no han demostrado ningún aumento en el riesgo
de fibrilación auricular en obesos.
Algunos estudios clínicos indican que la obesidad se asocia a muerte súbita. Aunque el
progreso a insuficiencia cardiaca puede ser la causa más común de muerte en pacientes que
tienen cardiomiopatía por obesidad, se ha comunicado también que la muerte súbita es más
común en pacientes obesos aparentemente sanos que en sujetos delgados. Estudios
electrofisiológicos han demostrado en sujetos con obesidad un aumento en la irritabilidad
eléctrica que puede desencadenar la aparición de arritmias ventriculares, incluso en
ausencia de disfunción ventricular o insuficiencia cardiaca clínica. En el estudio de
Framingham, la tasa anual de muerte súbita cardiaca en obesos fue cerca de 40 veces mayor
que en la población no obesa.
Otros mecanismos fisiopatológicos podrían estar implicados también en la asociación
entre obesidad y muerte súbita o arritmias ventriculares. Hay correlación directa entre el
intervalo QT corregido y el IMC. Igualmente, la prevalencia y el número de potenciales
evocados tardíos anormales, factores asociados con un riesgo elevado de muerte súbita,