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respuestas proinflamatorias inducidas por el NFkB (Factor nuclear kappa B, intensificador
del gen que codifica la cadena ligara). La disrupción del TLR 4 bloquea la capacidad del
palmitato a activar el inhibidor de la NFkB quinasa (IKK) e inhibir la transducción de
señales de la insulina y la producción de NO estimulada por la insulina. Algunos
componentes de alimentos refinados se ha demostrado que tienen una clase de mimetismo
con componentes de bacterias que pueden desencadenar una respuesta inmune.
La concentración elevada de proteína C reactiva (PCR) se ha asociado a un aumento en
el riesgo de infarto de miocardio, enfermedad cerebrovascular, enfermedad arterial
periférica y muerte por enfermedad isquémica cardiaca en varones y mujeres
aparentemente sanos. Se ha propuesto también la obesidad como un estado inflamatorio.
Se ha observado una asociación positiva entre el IMC y la PCR en adultos y niños. Los
mecanismos por los que la obesidad conlleva la elevación de la PCR no están totalmente
esclarecidos. La interleuquina (IL) 6 es una citoquina que estimula la producción de PCR
en hígado. Se produce y libera al torrente sanguíneo por el tejido adiposo y se ha
demostrado que existe una estrecha correlación entre la concentración de PCR en suero y el
contenido de IL-6 en el tejido adiposo en humanos. Es interesante considerar que la
liberación de citoquinas proinflamatorias (como la IL-6) por el tejido adiposo pueda estar
influida por la leptina. Estudios experimentales en ratas indican que la PCR puede inducir
aterosclerosis y no sólo ser un marcador indirecto de inflamación vascular.
En resumen, la expansión de la masa grasa (obesidad) a través de diferentes
mecanismos biológicos es capaz de inducir una respuesta típica inflamatoria, culpable
adicional de la resistencia a la insulina.