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Actividad física
Puesto que el peso corporal tiende a ser constante en los obesos, los esfuerzos del
tratamiento deberían centrarse en los primeros años para limitar la incidencia y la severidad
de la obesidad. En una población obesa ya envejecida, sin embargo, hay una serie de
aproximaciones para intentar cambiar los hábitos diarios.
Varios estudios han descrito que la actividad física parece ser la mejor forma de
disminuir el peso y la grasa corporal. En un estudio se pusieron a prueba tres métodos de
reducción del peso en hombres sedentarios no diabéticos de más de 47 años. Los individuos
estudiados debían seguir uno de estos tres regímenes: disminuir la ingesta sin hacer
ejercicio, mantener el nivel de ingesta y hacer ejercicio aeróbico diario, o disminuir la
ingesta y hacer ejercicio aeróbico diario. El ejercicio aeróbico y la reducción de peso
tuvieron efectos diferentes sobre la homeostasis de la glucosa.
El ejercicio aeróbico aumentó la eliminación de glucosa mediada por insulina y
disminuyó la respuesta de la insulina pero no de la glucosa a un test oral de administración
de glucosa. La pérdida de peso, en ausencia de ejercicio, mejoró la respuesta de la insulina
y de la glucosa al test oral de glucosa pero no mejoró la eliminación de glucosa mediada
por insulina. Sin embargo, los individuos que combinaron la pérdida de peso con el
ejercicio aeróbico mostraron los mejores valores en los tres parámetros valorados.
Con el aumento de la edad hay una tendencia a que disminuya la grasa magra, debido a
sarcopenia muscular. Sin embargo, esta tendencia podría modularse de forma positiva
mediante el ejercicio físico. Se ha descrito que la capacidad aeróbica y la grasa corporal
están asociados con el nivel de ejercicio en lugar de con la edad
per se
, indicando que el
ejercicio puede ser la mejor forma de combatir tanto los descensos de masa magra como los
aumentos de masa grasa.
Los resultados de un estudio en 221 hombres adultos sanos de 20 a 85 años en los que
se estudiaron 22 parámetros fisiológicos y de buen estado físico están de acuerdo con esa
conclusión. Los individuos que mantuvieron una actividad física regular a lo largo de su
vida tenían una edad biológica 4.7 y 7.3 años menor que la cronológica para los parámetros
fisiológicos y de estado físico respectivamente, lo que sugiere que el ejercicio puede
mejorar algunos efectos negativos del envejecimiento.