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se basa en el cálculo del índice de masa corporal (IMC) [Peso (kg)/Talla2 (m)]. De acuerdo
a su severidad, se clasifica en obesidad leve o sobrepeso, obesidad moderada, severa y
mórbida. Un IMC de 25 kg/m2 es el umbral para la identificación de pacientes con riesgo
de desarrollar comorbilidades, principalmente diabetes mellitus, hipertensión arterial,
enfermedades cardiovasculares y cáncer. A partir del índice de masa corporal de 40 kg/m2
se prescribe la cirugía bariátrica.
El diagnóstico que se fundamenta en un amplio espectro de posibles causas de la
obesidad debe ser evaluado para una terapia específica para cada paciente, como ha sido
señalado anteriormente. Debemos añadir, además, que de nada vale un tratamiento
farmacológico empírico, sin un diagnóstico preciso, resultado de un estudio analítico que
debe incluir absorción, metabolismo, nivel de biodisponibilidad de vitaminas y elementos
minerales esenciales y sus iones, deficiencias o carencias. La falta de vitamina D se asocia
de forma muy importante a la obesidad, sobre todo cuando ésta es severa (8), y también
iones minerales esenciales. El déficit o carencia de iones esenciales induce a trastornos
patológicos, y entre los iones más destacados se contemplan: yodo, cromo, zinc, cobre,
níquel y magnesio.
Se conocen patologías de deficiencia enzimática, y en ese contexto si una enzima pierde
su cofactor, ion mineral de su grupo activo o es sustituido por otro ion metálico, pierde
también su actividad catalítica, caso de la fosfatasa alcalina. Las enzimas proteasas atacan y
ayudan a eliminar toxinas y grasas. Las lipasas son enzimas que participan en la digestión
de las grasas y evitan su acumulo en los órganos, arterias, capilares y también en caderas,
muslos, glúteos y estómago.
b).-‐ Etiología y futuro.
Una buena historia clínica, debe incluir también la posibilidad de efectos tóxicos por
pesticidas o plaguicidas, con repercusiones neuroendocrinas como alteradores endocrinos.
Una amplia batería de análisis metabólicos debe aplicarse para tratar de identificar la causa
fisiológica, bioquímica molecular, deficiencia o carencial del paciente obeso. Cada paciente
puede tener una etiología diferente en su patología, y los recientes grandes avances en la
genómica y desarrollo de la farmacogenómica, bioinformática y otras tecnologías,
permitirán nuevos abordajes frente a la complejidad de las enfermedades, y en este caso
concreto de la obesidad.