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La farmacoterapia, objeto de este tema, tiene un importante significado como
coadyuvante en el tratamiento y en el mantenimiento de la pérdida de peso una vez
alcanzado este. La obesidad, como enfermedad crónica, tiene serias consecuencias, pero
evitables, lo que hace necesario un apropiado tratamiento farmacológico y objetivo de
mantenimiento a largo plazo. En beneficio del paciente, este debe seguir los consejos del
médico de cabecera o médico especialista personal, al que deben trasladarse las opiniones y
consejos de otros médicos, familiares, amigos, para evitar confusiones. La administración
exclusiva de un fármaco en la obesidad no está justificada. Los fármacos deben ser
indicados por profesionales médicos especialistas, cuando las medidas terapéuticas no
farmacológicas hayan fracasado, en pacientes obesos con índice de masa corporal superior
a 27,8 kg/m
2
.
Otro hecho a tener en cuenta durante el tratamiento farmacológico, es la asociación de
la obesidad con otros síndromes metabólicos, como diabetes mellitus, dislipidemias,
hipertensión, enfermedad pulmonar y cáncer. En todos los cuales se ha demostrado un
amplio beneficio en la aplicación de dietas restrictivas en calorías y nutrientes específicos,
según el caso. Existen numerosos factores neuroendocrinos encargados de regular la
ingestión y el balance energéticos, como son los agentes beta-adrenérgicos, la
colecistoquinina, el neuropéptido-Y y otros que veremos más adelante. Uno de los avances
primordiales fue el descubrimiento de la Leptina, que significó el inicio de numerosas
investigaciones destinadas a establecer los mecanismos implicados en la homeostasis del
hambre y de la saciedad.
Cuando los pacientes disminuyen de peso, utilizando como tratamiento la dieta, manejo
conductual y ejercicio, ya sea como monoterapia o en combinación, las recidivas son
frecuentes. Los resultados del tratamiento de 5 años señalan que al final de la terapia menos
del 10% de los pacientes han mantenido el descenso de peso. Por esta razón ha sido
necesario adicionar fármacos al tratamiento, con el objeto de mejorar los resultados a largo
plazo. Es necesario recordar que se considera éxito de tratamiento en la obesidad, una
disminución de al menos un 10% del peso inicial en pacientes con índice de masa corporal
menor a 40 kg/m
2
. Existen estudios que indican que una disminución de peso mayor a un
10% del peso inicial es difícil de mantener a largo plazo, ya que una pérdida de peso