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Los investigadores básicos y clínicos tienen que estar en conjunción con el clínico de
atención primaria con visión directa sobre el paciente obeso, deben descubrir nuevas
moléculas y antídotos para activar o inhibir los fallos en los sutiles mecanismos
neuroendocrinos, y en general metabólicos y genéticos implicados en la obesidad, todavía
ignorados en toda su extensión. La obesidad es una enfermedad típica para aplicar la
“Investigación Traslacional” que es la conjunción de las investigaciones básicas orientadas
al paciente, junto con las investigaciones preclínicas y clínicas. Los futuros logros
conseguirán un mayor número de variedades de la enfermedad obesa, nuevas hipótesis,
tratamientos más eficaces, con mejora de la esperanza de vida, y sobre todo en la calidad de
vida de determinados pacientes, con incidencia en Salud Pública y previsión de la misma en
Medicina Preventiva.
La práctica clínica en atención primaria debe ligarse o entroncarse con el investigador
en ciencia aplicada básica o fundamental, así avanzar conjuntamente en la investigación
biomédica cada vez más ligada a la biotecnológica, para mejorar el tratamiento en beneficio
del paciente y en la curación de la enfermedad. La investigación traslacional apoya y
promociona al clínico de atención primaria e investigadores clínicos para que a través de
sus observaciones directas emitan nuevas hipótesis sobre los factores etiológicos de la
obesidad, acicate para nuevos proyectos de investigación, diseño de nuevos fármacos y su
aplicación en el paciente. Se acelera el proceso para aplicar nuevas ideas, nuevos conceptos
y su repercusión en el paciente obeso, y trasladar el descubrimiento desde el laboratorio a la
clínica para mejorar la prevención, el diagnostico, el tratamiento, el pronóstico y la mejoría
o curación de ese determinado paciente obeso.
Metaloproteínas y elementos minerales implicados en la obesidad
a).-‐ Metaloproteínas.
Ha sido demostrado que si numerosas proteínas, y entre ellas las enzimas, pierden sus
iones minerales como cofactores, pierden también con ello su función biológica específica,
y su actividad metabólica y enzimática. En concreto, la metalotioneína protege del estrés
oxidativo y del estrés del retículo endoplásmico. En ratones con dieta grasa y obesidad
inducida, la metalotioneína previene la hiperplasia de adipocitos y acumulación grasa. El
estrés oxidativo acelera la diferenciación de los adipocitos, y la acumulación de lípidos