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moléculas de Acetil-coenzima A, que a través del Ciclo de Krebs y de la fosforilación
oxidativa liberan 31 moléculas de ATP (adenosin-trifosfato) es una molécula energética
que libera energía en forma de calorías. Es el mecanismo que dispone el organismo para
realizar sus funciones. Desde la glucolisis, una molécula de glucosa libera 36 moléculas de
ATP. A través del control de este mecanismo el obeso puede perder peso. Los productos
finales que se liberan son anhídrido carbónico y agua (CO
2
+H
2
O que se excretan, y el agua
en orina, sudor, aliento y transpiración). Numerosas moléculas medicamentosas o fármacos
que activan estos mecanismos, como la norepinefrina, serotonina y sus análogos sintéticos,
queman energía y hacen perder peso al obeso se denominan termogénicas. Las
interacciones homeostáticas finas entre hipotálamo-hipófisis y suprarrenales constituyen un
eje neuroendocrino trascendental para el obeso. Este sistema neuroendocrino controla las
reacciones al estrés y regula varios procesos del organismo como la digestión, el sistema
inmune, las emociones, la conducta sexual y el metabolismo energético normal y
patológico en el obeso.
Agentes noradrenérgicos
Los fármacos noradrenérgicos (o catecolamínicos) ya superados los consideramos en la
tabla 1 (ver anexos), son análogos activos de la norepinefrina, metabolito del aminoácido
esencial fenilalanina
→
tirosina
→
noradrenalina
→
levodopa
→
dopamina. Han sido
aplicados como fármacos Benfetamina, Fendimetrazina, Dietilpropion, Fentermina,
Mazindol y Fenilpropanolamina, ya descartados en su aplicación por sus contraindicaciones
(tabla 2, ver anexos).
La anfetamina fue el primer fármaco noradrenérgico, que por el riesgo de abuso ha
tenido serias dificultades de administración y distribución. Igualmente no han mostrado las
esperanzas depositadas en ellos la metanfetamina y fenmetrazina al no estar indicados para
el tratamiento de la obesidad. Principalmente y en relación al placebo por producir solo
pequeñas pérdidas de peso y efectos adversos como nerviosismo, insomnio y sequedad de
boca, que ceden hacia el décimo día. Su aplicación conjunta con inhibidores de la
monoamino-oxidasa (IMAO) está contraindicada por inducir a crisis hipertensivas y a
glaucoma. Por estas razones y por no poderse aplicar en pacientes con trastornos coronarios
o con arritmias cardíacas, han sido apartados de la terapéutica humana.