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que la actividad física es tan importante como la ingestión de calorías y evitar ganar peso es
mucho más fácil que perderlo, lo que centra la atención en la actividad física. Por citar a los
autores: “Existen claros beneficios asociados al aumento de la actividad física entre las
personas sedentarias”. A este artículo le siguió un excelente artículo escrito por el Prof.
James O. Hill, uno de los autores presentes en el Congreso Europeo de Obesidad 2013 y que
mejor han estudiado los factores que influyen sobre el balance energético en diferentes
situaciones, donde subraya que los pequeños cambios en la actividad física diaria y la dieta
pueden ayudar a los adultos europeos a luchar contra la obesidad.
Los aspectos clave se refieren por tanto a:
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La energía se ingiere a través de la comida y la bebida y se consume a través de las
funciones corporales normales, la homeostasis (el cuerpo regula su temperatura) y la
actividad física.
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El porcentaje de energía quemado con la actividad física depende enormemente del
estilo de vida: es posible que los individuos sedentarios quemen tan solo unas 100
calorías al día, mientras los atletas alcanzan las 3.000.
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Si la ingestión de calorías es mayor que la energía consumida a través de esta serie de
actividades y procesos, se gana peso inevitablemente, del cual un 60-80% se puede
atribuir a la grasa corporal.
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La ingestión y el consumo de calorías van íntimamente ligados.
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El organismo tiene una tendencia natural a mantener el equilibrio energético a niveles
elevados de ingestión y consumo.
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Como consecuencia, los métodos para combatir la obesidad deberían incluir un
aumento de la actividad física como punto clave junto con las estrategias para
modificar la ingestión de comida.
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Evitar ganar peso suele ser, lógicamente, más fácil que seguir un tratamiento contra la
obesidad, ya que la pérdida de peso requiere cambios significativos en el
comportamiento, mientras que controlar el peso resulta más sencillo.
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Diversos estudios sugieren que los pequeños cambios en la ingestión y el consumo
energético de 100 calorías al día podrían detener el aumento de peso en la mayoría de
la gente.