Péptidos, lagartos y diseño de fármacos…
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Figura 1.-‐
Esquema de la biosíntesis de la hormona GLP-‐1 y de otros péptidos relacionados a partir
de proglucagón (en gris, fragmentos peptídicos inactivos o de actividad poco conocida).
Estas hormonas disminuyen la glucemia a través de varios mecanismos,
principalmente un estímulo de la secreción de insulina por el páncreas y una
inhibición de la secreción del glucagón, otra hormona peptídica capaz de elevar los
niveles de glucosa en plasma (Figura 2).
Además, produce otros efectos beneficiosos para los pacientes diabéticos
por conducir a una pérdida de peso, que se debe a un aumento de la sensación de
saciedad por retraso en el vaciamiento gástrico y a la disminución del apetito por
un mecanismo central. También son beneficiosos otros efectos, que incluyen una
disminución en la producción de glucosa por el hígado, un incremento en la
captación y almacenamiento de glucosa por los músculos y los adipocitos y
propiedades cardio y neuroprotectoras (8, 9).
Desde el punto de vista de su posible empleo en el tratamiento de la
diabetes, la activación de los receptores de GLP-‐1 presenta algunas ventajas
adicionales sobre los agentes de uso habitual, ya que corrige la hiperglucemia en
ayunas pero no induce hipoglucemia, uno de los principales problemas asociados a
la medicación antidiabética tradicional. Por otra parte, la proliferación de células
β
pancreáticas contribuye al efecto antidiabético, al mejorar la funcionalidad del
páncreas, pero conduce también a un incremento del riesgo de que se desarrollen
casos de pancreatitis como efecto no deseado. Por la misma razón, se ha planteado
la necesidad de considerar la posibilidad de que tratamientos prolongados
incrementen el riesgo de cáncer de páncreas (10).