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sensibilidad a la insulina. Esta teoría está apoyada, por estudios que muestran elevados
niveles de las citoquinas proinflamatorias IL-6 and TNF-α en individuos con resistencia a
la insulina y diabetes tipo 2. A su vez, otra teoría propone que la producción de hormonas
por el tejido adiposo puede alterarse y originar una generación de adipoquinas que causan
resistencia a la insulina.
Una tercera teoría examina la capacidad del tejido adiposo para almacenar grasas, y
postula que esa capacidad tiene un límite, que cuando se sobrepasa, el exceso de lípidos
sale al plasma, ocasionando niveles elevados de ácidos grasos y triacilglicéridos
plasmáticos. Esto ocasiona una mayor incorporación de estas moléculas en tejidos no
adiposos tales como el músculo esquelético y el hígado. El almacenamiento ectópico de
lípidos en tejidos no adiposos es causa de alteraciones metabólicas vía toxicidad inducida
por lípidos o lipotoxicidad, la cual puede también contribuir a la pérdida de las células β
pancreáticas, fenómeno que ocurre durante el desarrollo de la diabetes tipo 2.
La hipótesis de la lipotoxicidad está apoyada por estudios en cultivos células en un
medio que contiene un exceso de ácidos grasos saturados de cadena larga que forman
complejos con albúmina sérica. En estos cultivos se induce la apoptosis de manera
dependiente de la dosis, que a su vez se incrementa en medio rico en glucosa. Las
evidencias que apoyan la teoría de la lipotoxicidad proceden de pacientes con lipodistrofia
que tienen el tejido adiposo generalizado o que lo han perdido parcialmente, y que a pesar
de presentar un acúmulo reducido de lípidos padecen resistencia severa a la insulina,
dislipidemia e hígado graso.
Sea cual sea el tipo de distribución de grasa, la mayor característica fisiopatológica en
el paciente obeso es la
resistencia a la insulina
, que está presente en muchas de las
comorbilidades metabólicas de la obesidad clínicamente relevantes (diabetes tipo 2,
dislipemia, hiperuricemia), y no metabólicas (la hipertensión, la esteatohepatitis no
alcohólica, apnea del sueño, enfermedad cardiovascular, fibrilación atrial,
tromboembolismo pulmonar, osteoartritis y otras).
La insulina es una hormona peptídica sintetizada y secretada por las células β de los
islotes de Langerhans pancreáticos, que juega un papel predominante en la regulación de la