140
        
        
          En relación con la gluconeogénesis hepática (producción de glucosa), la acción
        
        
          inhibidora de la insulina sobre la expresión y actividad de las enzimas gluconeogénicas,
        
        
          fosfoenolpiruvato quinasa (PEPCK) y glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6Pase) es
        
        
          dependiente de la actividad PI3K. Así, en condiciones basales, el factor transcripcional
        
        
          Foxo1 se localiza en el núcleo celular y se une a secuencias consenso del ADN,
        
        
          transactivando constitutivamente la expresión de genes tales como PEPCK, tirosina
        
        
          aminotransferasa (TAT) y G6Pasa.
        
        
          En presencia de insulina, la proteína AKT se trasloca al núcleo y fosforila el factor
        
        
          Foxo1, el cual sale del núcleo, se acumula en el citoplasma, donde se degrada por el
        
        
          proteasoma. La inactivación de Foxo 1 por la insulina también promueve la supervivencia
        
        
          celular de los hepatocitos a través de la inhibición del gen proapoptótico ligando de Fas
        
        
          (Fas-L). La manipulación genética de los organismos, en relación con genes candidatos de
        
        
          resistencia a insulina, ha permitido obtener una serie de modelos murinos válidos para el
        
        
          estudio de la diabetes tipo-2.
        
        
          La deleción de los sustratos del receptor de la insulina o de los IRS ha tenido una
        
        
          especial relevancia. Así, el ratón carente de IRS-1(IRS-1-/-) mostraba un severo retraso en
        
        
          el desarrollo. Además, dichos ratones mostraban  resistencia a la insulina. Sin embargo,
        
        
          solo presentaban una ligera intolerancia a la glucosa. Por tanto, los ratones no mostraban un
        
        
          fenotipo diabético. El estudio del páncreas endocrino reveló que el ratón carente de IRS-1
        
        
          desarrollaba una marcada hiperplasia de sus células β pancreáticas, responsable de los altos
        
        
          niveles de insulina circulantes (hiperinsulinemia). Dicho aumento en la secreción de
        
        
          insulina compensaba la resistencia a la misma a lo largo de toda la vida del animal. Esta
        
        
          acción remanente de la insulina en el ratón IRS-1-/- condujo al descubrimiento de un nuevo
        
        
          sustrato del receptor de la insulina, el IRS-2, como proteína alternativa de señalización de la
        
        
          insulina. Este nuevo sustrato jugaba un papel destacado en el hígado, ya que los ratones
        
        
          carentes de IRS-1 no desarrollaban resistencia hepática a la insulina. De esta forma, el IRS-
        
        
          1 regulaba la señalización de la insulina fundamentalmente en el músculo esquelético y en
        
        
          el tejido adiposo blanco, jugando un papel secundario en el hígado. Así, el IRS-2 podía
        
        
          compensar la carencia de IRS-1 más eficientemente en el hígado y en las células beta del
        
        
          páncreas, que en el músculo o en el tejido adiposo.