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4.
Alteraciones reproductivas que incluyen esperma anormal, abortos espontáneos,
partos prematuros, bajo peso al nacer, alteración de la proporción del sexo de las crías,
acortamiento del período de lactancia en las madres que amamantan, y alteraciones
menstruales.
5.
Otras enfermedades, incluyendo una mayor incidencia de diabetes tipo II,
endometriosis, hepatitis y cirrosis.
Los COP más conocidos son el DDT (Dicloro-Difenil-Tricloroetano), los PCB
(bifenilos policlorados) y las dioxinas. En su libro “Primavera silenciosa”, Rachel Carson
documentó la forma en que el plaguicida DDT destruyó las poblaciones de aves, alteró
los ecosistemas y causó cánceres y otras enfermedades humanas. En 1964, un
investigador sueco, Sören Jensen, que intentaba estudiar los niveles de DDT en la sangre
humana, encontró en sus muestras un grupo misterioso de sustancias químicas que estaba
interfiriendo con sus análisis. Tras nuevos exámenes, esas sustancias químicas resultaron
ser los PCB, por entonces muy utilizados industrialmente en los sistemas de trasmisión
eléctrica y en otras aplicaciones.
A medida de que otros científicos continuaban investigando, se pudo observar la
presencia muy difundida del DDT y los PCB en los tejidos corporales de la fauna
silvestre y de los seres humanos. Ambos productos fueron relacionados con numerosas
enfermedades y déficits de salud. Los científicos, las ONG y el público en general
comenzaron a expresar su preocupación, y a raíz de ello muchos países –especialmente
los países altamente industrializados– prohibieron la producción y venta de DDT y PCB
en las décadas de 1970 y 1980.
En la década de 1970, las dioxinas, otras sustancias químicas con propiedades
similares (pero aún más tóxicas), también comenzaron a despertar la atención y la
preocupación. Las dioxinas son sustancias químicas que nunca han sido producidas
intencionalmente para uso alguno (salvo cantidades muy pequeñas producidas como
estándares de referencia de laboratorio). Sin embargo, durante la guerra de Vietnam, la
exposición humana a las dioxinas estuvo asociada con formas raras de cáncer y con tasas
inesperadamente altas de otras enfermedades, entre los pilotos estadounidenses y los
civiles vietnamitas. A pesar de la negativa inicial de las autoridades militares de Estados
Unidos, estas afecciones estuvieron relacionadas finalmente con los 77 millones de litros