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Ventajas de la derivación biliopancreática y cruce duodenal: son las técnicas que
permiten mantener el peso perdido con mayor durabilidad en pacientes con IMC >
45, sobre todo en aquellos que no hacen comidas muy copiosas. En general aportan
buena calidad de vida.
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Inconvenientes: algunos pacientes sufren diarreas, habitualmente limitadas enel
tiempo, pero que en ocasiones, no están desprovistas de problemas perianales
secundarios debidos a la mala absorción de grasas.
Siempre que el seguimiento se haga en un centro especializado donde se vigile la
posible mala absorción de algún nutriente para su inmediato reemplazo, no habrá riesgo de
desnutrición.
Aunque estas dos técnicas son menos dependientes de tipo de alimentación en sus
resultados, están sujetas a una serie de normas y cuidados que se resumen en una
alimentación rica en proteínas, pobre en grasa y normal en carbohidratos, especialmente los
de absorción lenta, suplemento vitamínico y mineral (hierro, calcio y vitamna D), y
prohibición de bebidas alcohólicas.
Las recomendaciones nutricionales al paciente intervenido de cirugía bariátrica pueden
variar ligeramente según el tipo de intervención practicada:
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Intervenciones restrictivas. En estos casos es importante la disminución del
volumen de la ingesta por toma, puesto que el reservorio gástrico suele ser de
capacidad muy reducida
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Intervenciones mixtas. En estos casos, además de la limitación de la capacidad
gástrica del paciente, existe una limitación de la absorción de diferentes nutrientes.
Es frecuente que existen problemas con la absorción, especialmente de las grasas y
de las vitaminas liposolubles.
Por tanto, cuanto más rica en grasas sea la diera mayor será la esteatorrea (eliminación
de grasa por las heces), y las molestias consiguientes.
Tanto las intervenciones restrictivas, como las mixtas, producen una sensación de
saciedad precoz como consecuencia del llenado rápido del reservorio, lo cual permite
seguir una dieta hipocalórica sin tener sensación de hambre. De hecho durante los tres
primeros meses después de la intervención, el contenido energético de la dieta no suele
pasar de las 800 Kcal/día. A partir de los 6 – 12 meses, el aprendizaje en la forma de comer