Monografía XXXVIII: Primer Curso Avanzado sobre OBESIDAD - page CCCLIV

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el universo, basado en las observaciones previas de los filósofos presocráticos. También se
ocupó del estudio de los animales. Su discípulo Teofrasto (s. IV-s. III a.C.) estudió las plantas.
Tras sus obras respectivas quedó por analizar lo más complejo: el ser humano. De la tarea se
ocuparon, por primera vez, los médicos y filósofos hipocráticos.
Aunque Hipócrates de Cos (s. V a.C.) existió, el
corpus hippocraticum
lo forman no
menos de cincuenta y tres textos, atribuidos a Hipócrates pero escritos por distintos autores
entre el siglo V a. C. y el I d. C.
Hipócrates es uno de los primeros, en sus
Aforismos
, en referirse directamente a la
obesidad:
Los que son excesivamente gordos por naturaleza están más expuestos que los
delgados a una muerte repentina
(aforismo 44, sección 2ª). Y, más adelante:
Las que no
conciben por estar excesivamente gordas tienen un redaño que comprime la boca de la
matriz, y no quedan embarazadas antes de haber adelgazado
(aforismo 46, sección 5ª).
Si los hipocráticos iniciaron la visión racional del ser humano, es Galeno, un romano
que escribió su obra en griego, quien a partir del s. II estableció un sistema para el ser humano,
o microcosmos, equiparable con el efectuado por Aristóteles para el universo o macrocosmos;
con la diferencia de que la física aristotélica empezó a ser cuestionada a partir del s. XVI por
Copérnico y sus seguidores, mientras el sistema galenista no fue derribado, en su totalidad
hasta el XIX.
Galeno explicaba la anatomía humana como si fuera la del cerdo y el esqueleto del
mono, por las grandes dificultades éticas y religiosas establecidas para la disección humana.
Para explicar la fisiología parte de una concepción íntima del cuerpo similar a la de
Hipócrates y muy relacionada con lo que Aristóteles preconizaba para el universo. Estaría
compuesto por los cuatro elementos propuestos por Empédocles (s. V a.C.) el agua, la tierra, el
fuego y el aire. Cada uno de ellos sería portador de dos cualidades. El agua: húmeda y fría; la
tierra: seca y fría; el fuego: caliente y seco; y el aire: caliente y húmedo. A partir de estos
elementos surgirían los principios fisiológicos por excelencia: los humores que también serían
cuatro: Bilis amarilla; Bilis negra o atrabilis; sangre y pituita o flema. Cada uno de estos
humores soportaría también dos cualidades y estaría relacionado con un elemento
predominante, aunque compuesto por una mezcla de los cuatro. La bilis amarilla sería caliente
y seca; la bilis negra: seca y fría; la sangre: caliente y húmeda y la flema: húmeda y fría. La
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