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población, y los primeros convencidos deben ser los profesionales implicados, es el del de
que estos problemas se puede prevenir y, en su caso, tratar: se aboga por el “sí podemos”
como principio fundamental a transmitir a nivel individual y colectivo.
Se reconocen muchos
errores en la autopercepción sobre alimentación, peso corporal,
actividad física
, etc.; en definitiva, la nutrición se percibe en muchas ocasiones a nivel
individual más en “cómo me va”, y no basándonos en la evidencia científica. Ello lleva a
numerosos errores, mitos y magia en las temas de alimentación, actividad física, y deporte.
Se propone ser aún más beligerantes para evitar estos errores y mitos, tanto desde las
Administraciones públicas, como desde el ámbito educativo, científico, asistencial, o medios
de comunicación, en caso de ser necesario.
El
Estilo de Vida Mediterráneo (EVM)
, considerado en todos sus aspectos
(alimentación, actividad física, socialización), en definitiva como un óptimo de
filosofía de
vida
, se considera el mejor modelo en la prevención, probablemente también en el
tratamiento, del sobrepeso y la obesidad y el excesivo sedentarismo. Además, debe
remarcarse que no sólo la densidad de nutrientes y factores asociados de calidad de vida en
relación al coste es más favorable para la DM que con otros tipos de dieta, sino que se
plantean modelos de adherencia y de seguimiento de la misma a un relativo bajo coste, lo
que adquiere especial relevancia en la actual situación de crisis económica. El
EVM
no es
sólo un patrón alimentario que tiene una acumulada evidencia en la prevención de
enfermedades crónicas. Representa un estilo de vida, tal y como indica el término griego
original: “diaita”, que engloba, además de la combinación de alimentos, elementos culturales
y de estilo de vida del proceso de selección, procesamiento y consumo, como son la
priorización de los alimentos frescos, locales, y estacionales; de las actividades culinarias y
de la socialización en las comidas, de la actividad física regular, del descanso en forma de
siesta, y toda una manera de vivir que forma parte de la herencia cultural de los países
mediterráneos. Los países mediterráneos compartimos una serie de factores geográficos y
climáticos que han favorecido este marco cultural y agroalimentario común. Sin embargo, a
pesar del conocimiento aceptable por parte de la mayoría de la población del concepto y
principios de la DM, existen grandes dificultades para su seguimiento y adherencia, pues
muy frecuentemente faltan conocimiento, habilidades y actitudes. Numerosos estudios
epidemiológicos han observado reiteradamente que una
buena adherencia al patrón de