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Figura 1. La estabilidad del peso corporal es el resultado del equilibrio entre la ingesta de alimentos y el
gasto energético. El apetito es un sistema que regula, a corto plazo, la ingesta de alimentos. Hormonas como la
insulina, leptina, adiponectina, son factores de adiposidad que regulan, a largo plazo, el peso corporal.
El sistema que controla el balance energético (Figura 1) incluye, a su vez, dos mecanismos.
Uno que actúa en el
corto plazo
que regula el apetito ó el inicio y la finalización de las comidas
individuales. Responde, fundamentalmente, a señales gastro-intestinales ó
factores de saciedad
que se acumulan durante la alimentación y contribuyen a terminar la ingesta.
El otro mecanismo mantiene el balance energético durante períodos prolongados, es el
sistema de regulación a
largo plazo,
es el encargado de la regulación del peso corporal. Está
constituido por señales químicas, hormonas, principalmente leptina, insulina y adiponectina que
son
factores de adiposidad
, se liberan en proporción a los depósitos energéticos del organismo y
avisan al cerebro del estado de los mismos.
La importancia del conocimiento de la fisiopatología de la obesidad radica en su frecuente
asociación (particularmente, la denominada obesidad mórbida), con alteraciones endocrino-
metabólicas y con el riesgo de enfermedades crónicas
Función del tejido adiposo
El desequilibrio crónico de calorías aportadas
vs
gastadas, origina aumento en el almacenaje
del exceso de energía en forma de TAG en los adipocitos, células del tejido adiposo,