Las causas de la Peste durante el Medioveo y la Edad Moderna
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La fiebre pestilencial bubónica…es una fiebre sórdida de profunda putrefacción,
que en su esencia incluye semillas de contagio, teniendo por causa la sustancia
del aire malignamente corrompida
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Su opinión no era compartida por el protomédico Mercado. Según su parecer:
Los seminarios contagiosos ni pueden ni jamás hicieron peste sino es por medio
del aire, porque aunque uno duerma en la cama del apestado o vista su ropa,
no se apestará si el seminario no se mezcla con el aire, y por la respiración o
por los poros y transpiración se comunica al cuerpo
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Pese a la disparidad de criterios teóricos entre quienes la consideraban
contagiosa o no, las medidas preventivas para purificar el aire por medio de grandes
sahumerios perfumados, sanear las casas de los apestados, quemar sus ropas y
enseres o enterrar los cuerpos fuera de las poblaciones, envueltos en cal, así como
hospitalizar a los afectados, también fuera puertas, se vieron defendidas por la
totalidad de los sanitarios y seguidas por todas las autoridades administrativas. Lo
mismo sucedió con las medidas de incomunicación de los enfermos, y de cuarentena
aplicadas a las zonas invadidas. Se impusieron a partir de la Edad Media y
continuaron vigentes durante toda la Edad Moderna.
Uno de quienes creían en el contagio era Juan Tomás Porcell (1528-1580),
acaso porque alcanzó su puesto en el hospital zaragozano después de ver morir a los
demás médicos encargados de curar la Peste.
Nacido en Cerdeña, estudioso en varias universidades españolas, era seguidor
de la anatomía vesaliana a través de su maestro Cosme Medina, discípulo valenciano
de Luis Collado. Establecido en Zaragoza, durante la epidemia de Peste de 1564 se le
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Manuel ESCOBAR,
Tratado de la esencia, causas y curación de los Bubones y Carbuncos pestilentes: con otras muchas cosas
concernientes a la misma materia
, Alcalá: Justo Sánchez Crespo, 1600.
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Luis de MERCADO,
Libro en que se trata con claridad la naturaleza, causas y providencia, y verdadera orden y modo de
curar la enfermedad vulgar, y peste que en estos años se ha divulgado por toda España, puesto en lengua vulgar y traducido del
mismo que antes avía hecho en lengua latina, con cosas de grande importancia añadidas y un quinto tratado, en esta segunda
impresión
, Madrid: imprenta del Licenciado Castro, 1599.