Los métodos preservativos
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OS MÉTODOS PRESERVATIVOS
Pese la ignorancia teórica y a la ausencia de medios técnicos para enfrentarse a
la enfermedad, los médicos bajo medievales y modernos no desertaban de la
esperanza: para todos ellos, la Peste podía prevenirse y curarse. Su optimismo no les
nublaba las entendederas. Desde la Edad Media, conocían las terribles dificultades de
enfrentarse a ella.
De acuerdo con el esquema expuesto, los métodos para hacerlo habrían de ser
de dos tipos: los espirituales y los corporales. Los sanadores se ocupaban, como es
lógico, prioritariamente de los segundos, sin privarse de efectuar numerosas
admoniciones a la penitencia y a ponerse en paz con Dios.
En los numerosos tratados publicados sobre la materia, algunos exponían
medidas preventivas dirigidas únicamente a la población; si el libro se destinaba a los
profesionales, incluían las curativas.
En la prevención intervenían no sólo los médicos, también las autoridades
locales mediante el establecimiento de medidas para aislar los territorios sanos de los
atacados. Dadas las molestias, los trastornos y las pérdidas económicas, derivadas de
la declaración de lugar apestado solían evitarlo, o al menos retrasarlo cuanto podían.
Para ello empleaban todos los circunloquios imaginables, hasta que la evidencia de la
muerte les impedía seguir con falsas discusiones científicas.
Entre las primeras medidas preventivas expuestas por los facultativos, se
encontraban una serie de consejos sobre lo que el galenismo medieval denominaba
seis cosas no naturales
(
sex res non naturales
).
En el
Regiment de preservació de la pestilencia
, de Jacme d’Agramont, nos
encontramos recomendaciones acerca del aire y el ambiente, la comida y la bebida, el
sueño y la vigilia, el movimiento y el reposo, la evacuación y la repleción y los
accidentes o movimientos del ánimo.